Cambaleo transforma lo cotidiano en un absurdo

Trasiego, además de ser el nombre de la última obra del grupo Cambaleo, que hoy estrenan en la sala Cuarta Pared, quiere decir, según el diccionario, acción de trastornar, revolver, mudar las cosas de un lugar a otro, así como beber en cantidad vino y licores. Todas esas definiciones van que ni pintiparadas al espectáculo de este grupo que acaba de cumplir sus bodas de bronce (12 años) en la escena madrileña.El montaje es, efectivamente, una continua actividad, que revuelve la realidad y la transforma, que lleva al absurdo las situaciones más cotidianas, que trastorna el lenguaje en verbo extraño y cómico, y que provoca tal hilaridad que parece que actores y público se han dado con frenesí al tintorro.

La intención de ellos, cuenta el autor y director Carlos Sarrió, era echar una mirada sobre las cosas que nos rodean, las gentes de hoy y los sitios de siempre. "El lenguaje que mejor nos venía era el del absurdo".

Sarrió ha tenido muy presente a Beckett a la hora de escribir la obra, en la que hay una referencia continua a los personajes anónimos que se mueven en situaciones disparatadas. "Es un tipo de humor que da muchas lecturas al público y es divertido". Tanto que viendo el montaje se nota que a los propios actores les cuesta aguantarse la risa. Pero Trasiego no es el teatro del absurdo de la época gloriosa de Beckett. Se trata de un teatro de los noventa, renovador.

Trasiego, hasta el 23 de enero en la sala Cuarta Pared (Ercilla, 17). De martes a jueves a las 2 1.00 horas. Fines de semana, a las 20.00. Entrada: 800 pesetas.