"Yo doy noticias y mi rentabilidad no es la de una estrella"

Pedro Piqueras debutó en Antena 3 Televisión el pasado lunes 27 de septiembre, en el informativo de las nueve de la noche. Su paso a una cadena privada no ha sido, sin embargo, una decisión repentina: "Hay que cambiar alguna vez. En mi caso es la primera. Después de diez años en RNE y cinco en TVE, no está mal. Nunca me había movido, y la verdad es que cuesta bastante".Pregunta. ¿Se lo ha pensado mucho?

Respuesta. Pues casi dos años. Desde que surgen las privadas, siempre alguien te da un toque para ver si estás dispuesto a cambiar. Y vas comprendiendo que el mundo no se reduce a Televisión Española, por mucho que la quieras y aunque te hayas formado allí; que el mundo es más amplio.

P. ¿Y usted nunca negó que podría irse a una privada?

R. Curándome en salud, ya hace tiempo que lo dije: que yo no llevaba grabadas en mi piel las letras RTVE a sangre y fuego; que soy ante todo un periodista. Muy contento de haber estado allí, eso es verdad. Me cuesta irme por eso, y porque RTVE siempre apostó por mí.

P. Y al final ¿qué es lo que le mueve? ¿El dinero?

R. De todo un poco. Decir que no es el dinero no está bien. Aunque no sólo es el dinero, porque el dinero a lo mejor se habría compensado en Televisión Española. Quizá que terminaba un tiempo, una legislatura, que ha habido elecciones hace poco... En fin, que encuentras el momento adecuado.

P. ¿Ahora es adecuado?

R. Sí, porque hay momentos en que no se puede; por ejemplo, cuando se van otras personas. Me ha pasado más de una vez: le das vueltas y vueltas a la idea, pero, como soy lento para decidir, pues tienes una oferta, pero dices, hombre, da la impresión de que nos vamos todos.

P. ¿Entonces le da pena que la gente se marche de TVE?

R. También va a haber cambios de las privadas a la pública. Ahora ya el mercado es polivalente; antes no, porque TVE, con sus 40 años, es la escuela de todos. Cuando las privadas tengan implantación suficiente, ellas mismas empezarán a crear sus profesionales. Habrá mercados distintos, y todo será más estable. Estamos en la primera fase, y luego cada televisión tendrá sus propias caras, que formarán parte de la imagen de cada cadena como el logotipo.

P. ¿Se están pagando en televisión cifras millonarias por los fichajes como en la radio?

R. No, lo mío está muy lejos de esas cifras que se dan en la radio. Yo hago un informativo. No vendo cosas, sino que doy noticias, y entonces mi rentabilidad no es la de una estrella. ¿Cuál es la mía? Pues que si a la gente le gusta el informativo, y espero que sí, se sumará audiencia a la cadena, a la programación generalista, a la publicidad...

P. ¿Y qué tiene Antena 3 que no tengan otras?

R. Lo interesante es que me han ofrecido algo que he hecho toda mi vida: un informativo. Un proyecto serio, y además, por lo que parece, una apuesta importante de Antena 3 por la información. A mí, además, no me van a juzgar en función de lo que había en esta cadena antes, sino por lo que yo hacía en Televisión Española. El riesgo es muy grande. Por tanto, tenía que tener garantías. Hasta ahora me habían ofrecido cosas para las que yo no me encuentro preparado, programas de sucesos, debates.... cosas que no van con mi carácter. Sólo me veo en informativos; es lo que he hecho siempre y lo que me gusta.

P. Al hacer lo mismo durante tanto tiempo, ¿no llega un momento en el que se toca techo?

R. No, nunca toqué techo; aunque es cierto que estaba muy asentado ya en el Telediario 1. Tanto, que pocas variaciones podía haber ya para mí; es decir, yo ya sabía que, estando tan alto, sólo podía aspirar a bajar en audiencia. En Antena 3 tengo el reto de conseguir que suba.

P. ¿Había presiones en los telediarios de TVE?

R. De eso nunca hablo. Sólo puedo decir que todo el mundo tiene libertad para quedarse o irse de un sitio si no le gusta. No quiero hablar de ello, porque no me gusta salir de un sitio y ponerlo a parir.

P. ¿No ha sido, pues, ésta una de las razones de su marcha?

R. Nunca me ha presionado nadie directamente, eso sí lo puedo decir. Directamente, nunca.