El keniano Kirui destroza al marroquí Skab en 5.000 metros

Los atletas kenianos llevaban un año esperando al marroquí Skah, después de que éste consiguiera una victoria indigna ante Chelimo en la final de Barcelona. Nadie mejor para vengarlo que su hermano Kirui, cuyo apellido procede de su abuelo, costumbre que es aceptada en Kenia. La consigna era machacar al campeón olímpico. Para ello se lanzó la carrera a un ritmo inédito en los 5.000 metros. Cuando se va por el récord mundial el primer kilómetro se hace en 2.35 minutos; el primer keniano del equipo, Chesire, pasó en 2.31.El resultado fue que Ismael Kirui, de 18 años, ganó con una marca, 13.02.75 minutos, que es récord mundial junior y la sexta mejor de todos los tiempos en la categoría absoluta; que Skah no tuviera opción tan siquiera de subir al podio y que la carrera acabara poniendo al público en pie.

Los kenianos devolvieron con la goma, el refugio que buscó Skah en la carrera olímpica. Entonces, un compatriota doblado le esperó para conducirle en las últimas vueltas. Ayer, los keníanos corrían, paraban, corrían, paraban... y cuando

Skah se dio cuenta tenía a Kirui 30 metros por delante. La ventaja le fue suficiente para ganar. Al final, nada más que un etíope, casi tan joven como Kirui, Gebresilasie, de 20 años, le inquietó. El resto fue llegando a la meta cuando podía. Tres de los cuatro blancos presentes en la final, entre ellos Abel Antón (11º), juntos y cerrando la carrera.ç

Un triple de lujo

En las otras dos finales masculinas de ayer, sin embargo, el orden olímpico se mantuvo. El triple salto fue una prueba de lujo y el norteamericano Mike Conley volvió a dar el mejor tono. Ganó con 17,86 y nueve hombres más pasaron de los 17 metros.

En la jabalina, el plusmarquista mundial, el checo Jan Zelezny, pasó apuros para imponer su autoridad. El último susto se lo dio, fiel a la tradición, el finlandés de apellido ilustre, Kinnunen. Pero lo resolvió.