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Un berrinche de boda

Los jueces condenan a un hombre a seis meses por bigamia

La segunda boda de Miguel Ángel Ruiz de Llach, de "treinta y tantos" años, se ha convertido en un berrinche. Si no fuera porque carece de antecedentes, incluso podía haber ido a la cárcel. De momento, sus espaldas soportan una condena de seis meses de prisión. Y todo por casarse dos veces. Es decir, por contraer matrimonio con Inmaculada H. olvidándose de que, legalmente, su esposa seguía siendo Pilar V. A.

Los jueces no se han tomado la cosa a broma. Ahora intentan echarle el guante a José Aguilera, el cura del segundo casorio, que conocía la situación del contrayente.El clérigo los desposó aun sabiendo que Miguel Ángel seguía unido (si no emocional, sí legalmente) a su anterior esposa y que no había cumplimentado el divorcio. Y lo sabía porque, en su doble condición de sacerdote y abogado, fue precisamente él quien se encargó de arreglarle a Miguel Ángel los papeles del divorcio. Así lo explica una sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid que ratifica otra anterior dictada por la juez Carmen Neira, del Juzgado de lo Penal número 20.

A Miguel Ángel no le agradó la condena de Neira y acudió en apelación a la Audiencia de Madrid. La respuesta del tribunal ha sido más contundente aún. No sólo confirma los seis meses de cárcel, sino que además exhorta al juzgado decano de Madrid para que se abran diligencias contra el cura. "Ha podido participar como cooperador necesario" en la bigamia. Fue precisamente él, razonan los jueces, quien "confeccionó las demandas de divorcio", en su calidad de abogado, y quien lo casó con Inmaculada H. en su faceta de cura.

El tribunal ha instando también al registro civil de San Lorenzo de El Escorial, donde quedó sellada la unión, a que rectifique el estado civil de Miguel Ángel y declare nulo el segundo matrimonio. Donde pone casado con Inmaculada H. debe poner separado de Pilar V. A.

Por lo civil

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Miguel Ángel se separó de Pilar en octubre de 1989. Y sólo unos meses después decidió convertirse en el marido de Inmaculada. Si con Pilar se casó por lo civil, con Inmaculada lo hizo por la Iglesia. José Aguilera (el cura) pidió permiso al párroco titular de la iglesia para oficiar él mismo el fraudulento matrimonio.

Ahora, Miguel Ángel echa la culpa del error a su abogado. Dice que él le asesoró sobre la licitud de su segundo casamiento. La Audiencia resta credibilidad a que Miguel Ángel ignorase que su segundo matrimonio no se ajustaba a la ley. "Son dos personas de cierto nivel cultural (Miguel Ángel es publicitario, e Inmaculada, economista) que no pueden escudarse en la ignorancia [de la Ley]". "La mala fe", cree el tribunal, le indujo a "declararse soltero!".

Miguel Ángel y el clérigo prefieren no hacer declaraciones sobre los pormenores de la polémica ceremonia nupcial. El primero se ampara en que la sentencia no es firme aún, y avanza que va a presentar un recurso de amparo ante el Constitucional contra la condena de seis meses de cautiverio. "Ha habido un cúmulo de errores". señaló lacónicamente a El PAÍS. "¿Cómo se ha enterado de la sentencia?", se limitó a decir Aguilera, el sacerdote abogado.

Si se siguen queriendo, y, en definitiva, si desean saborear en paz, sin el acecho de las rejas, las perdices del sempiterno cuento de hadas, Miguel Ángel tendrá que pedir nuevamente la mano de Inmaculada. Y eso sí, sin olvidar que antes debe resolver su divorcio como Dios y la ley mandan.

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