"Mis mejores amigas no son modelos"
La maniquí Claudia Schiffer muestra en Madrid su infantil fantasía
Detrás de la pasarela, Claudia Schiffer siempre está sola o con su madre, dicen sus conocidos, mientras que Linda Evangelista , Christy Turlington y Naomi Campbell -las otras estrellas de la moda- presumen de ser amigas inseparables y de divertirse siempre que están juntas. "Mis mejores amigas no son modelos", dijo ayer la maniquí alemana, de 22 años, en la presentación de la nueva campaña publicitaria de una conocida bebida refrescante."Las otras modelos sólo son compañeras de trabajo, aunque con alguna, como Cindy Crawford, tengo más confianza", añadió Schiffer, que no sabía que la exótica Naomi Campbell celebró el sábado en un tablao flamenco madrileño su 240 cumpleaños, una disparatada fiesta de la que salieron, de día y a gatas, Linda Evangelista, Christy Turlington y los componentes del grupo de música U2, que esa noche habían actuado en Madrid y cuyo bajista, Adam Clayton, es el futuro marido de Campbell.
Mientras el unido grupo de tops compuesto por Naomi, Linda y Christy prefiere la compañía de viejos rockeros como Clayton, Bono o Eric Clapton, actores como Robert de Niro o Kyle Maclachlan y boxeadores de mala vida como Mike Tyson, los ojos de Claudia Schiffer -pequeños y ligeramente estrábicos- sólo parecen fijarse en los jóvenes príncipes europeos. "Entre Alberto de Mónaco y yo no hay ni romance ni boda, sólo una buena amistad", señaló ayer la alemana, bombardeada por preguntas sobre su relación con el heredero del principado monegasco, donde reside la modelo y donde tiene su "pequeña" colección de arte moderno. "Sólo compro las obras de las que me enamoro", dijo ayer antes de recordar su primer encuentro con el príncipe Felipe: "Lo conocí el verano pasado a las cinco de la mañana en la puerta de una discoteca de Palma de Mallorca, hablamos un rato y me pareció encantador. No me extraña que esté en la lista de los 50 hombres más guapos del mundo". Y luego añadió: "No creo que los príncipes deban casarse con princesas, sino con la persona a a que amen".
Schiffer, tan alta como los guardaespaldas que la protegen, se presentó ante la prensa con un vestido largo negro, unas botas militares con calcetines blancos, y una pulsera y un reloj de Chanel, la casa de moda que lanzó su carrera hace tres años. Escondiendo su redondo escote tras una rebeca del mismo color rosa que el colorete que intentaba disimular su cara redonda y aniñada -"¡pero si no tiene pómulos!", exclamó una periodista nada más verla-, contestó a las preguntas en inglés y con frases que parecían aprendidas de memoria: "No utilizo cosméticos que han sido experimentados con animales... Por muy transparentes que sean los vestidos que llevo nunca enseño nada". Estas respuestas chocaban con la descarada risa de muchos periodistas, regocijados también por sus propias preguntas. Una reportera le dijo: "Ya que el lema de esta campaña publicitaria es que está lista para nuevas fantasías, me gustaría saber cuáles son esas fantasías". La modelo, en un alarde de sosería, contestó: "Pues, por ejemplo, como en el anuncio, ir una noche a una discoteca y conocer a alguien como Mickey Mouse y divertirme".
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