Narcís Serra llama a combatir la sensación de que la etapa socialista se está acabando
El vicepresidente del Gobierno, Narcís Serra, exhortó ayer a los socialistas a combatir la sensación de "inercia y falta de ideas" que aqueja al partido y la imagen de que la etapa socialista se acaba. Éste es, según Serra, uno de los tres problemas a los que el PSOE debe hacer frente para revalidar la confianza del electorado en las próximas legislativas. Los otros dos son la crisis de confianza en la política y en los políticos, "debida en gran parte a los casos de corrupción" la recesión económica y el aumento del paro. Para Serra, el principal reto del PSOE es ofrecer "un nuevo mensaje y un nuevo programa electoral".
Serra hizo estas consideraciones ayer en Barcelona, en la constitución de la Agrupación de Electos Locales Socialistas y Progresistas de Cataluña, organización que reúne a los alcaldes y concejales del Partit dels Socialistes (PSC) y que pretende ser una plataforma en defensa de los intereses municipalistas.El vicepresidente pidió en su intervención a todos los socialistas que apoyen "el liderazgo interno y externo de Felipe González" para que el PSOE pueda revalidar la mayoría en los próximos comicios. Tras finalizar el acto, Serra declaró a la agencia Efe que ese apoyo se debe concretar en "seguir sus indicaciones". En su intervención, reclamó un esfuerzo para conseguir una mayoría holgada que permita "asegurar un Gobierno estable".
Lavado de cara
Serra advirtió que la alternativa al PSOE es un Partido Popular "que ahora se lava la cara, pero que copia sus programas de las experiencias ya fracasadas del neoliberalismo conservador de Reagan, Bush y Margaret Thatcher", y que una victoria del PP puede "deshacer" lo realizado en 10 años de poder socialista.Además del apoyo al liderazgo de González, Serra resumió en otros cinco puntos las líneas de actuación que, en su opinión, deben caracterizar la actuación del PSOE y del Gobierno de aquí al final de la legislatura: "Rescatar el balance positivo de los 10 años de Gobierno socialista, afrontar con firmeza el problema de la corrupción, destacar las diferencias ideológicas con el PP, CiU e Izquierda Unida, mantener la máxima unidad y coherencia en nuestros mensajes y actuaciones, y elaborar un nuevo programa electoral".
El vicepresidente recalcó este último aspecto, que calificó como el "principal reto" del partido. Serra insistió en la necesidad de "elaborar un nuevo programa electoral" que debería basarse en tres objetivos: proseguir la modernización de España, desarrollar el Estado del bienester, y profundizar la democracia.
Serra hizo vagas referencias a los casos de corrupción que han salpicado al PSOE, que llamó a combatir con firmeza y evitó la tentación de atribuir el problema a maniobras de la oposición, pero insistió en que "los que sólo miran por ellos mismos y quieren aprovecharse indebidamente de su tarea política son una ínfima minoría".
Por otro lado, la Agrupación de Electos Locales Socialistas y Progresistas de Cataluña aprobó ayer un manifiesto fundacional en el que critica duramente la política municipal del Gobierno de la Generalitat, al que acusa de dejar de lado a los ayuntamientos y "menospreciar" a sus representantes.
En el mismo texto se afirma que el Gobierno catalán ha practicado hasta ahora "una política de concentración del poder y de centralismo territorial que ( ... ) intenta destruir todo lo que de descentralización y participación representa la esencia del municipalismo", en una actitud que sólo busca "dar prioridad a sus intereses partidarios".
El alcalde de Barcelona, Pasqual Maragall, y el primer secretario del PSC, Raimon Obiols, expresaron, en sus respectivas intervenciones ante los ediles socialistas y en presencia del vicepresidente Narcís Serra, estos mismos planteamientos.
El presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, salió ayer mismo al paso de estas críticas y rechazó las acusaciones del PSC, informa la agencia Europa Press. Pujol señaló que los alcaldes socialistas deberían enfocar sus críticas hacia el Gobierno central, responsable del recorte de las partidas presupuestarias para la financiación de los municipios.
En su intervención, Maragall insistió en que la cesión del 15% del IRPF a las autonomías y la participación de los ayuntamientos en una franja de ese mismo impuesto no son propuestas incompatibles. Respecto a la primera el alcalde de Barcelona reiteró su idea de que sería positivo encontrar en el futuro una fórmula que comportara una mayor corresponsabilidad fiscal que la mera cesión, en la línea de que cada comunidad autónoma pudiera decidir libremente sobre la aplicación de una parte del porcentaje asignado.
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