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Estudiantes, en fase de reanimación

Estudiantes estaba contra las cuerdas. Después de cuatro de rrotas consecutivas, dos en la Liga ACB y otras tantas en competición europea, se la jugaba contra Elosúa León. Estudiantes simplificó, arrinconó a duras penas sus temores, y recuperó de milagro la credibilidad perdida.El recurso de la memoria le fue útil. Rescató del baúl esquemas escritos con mayúsculas y se dejó llevar por la inercia. Los buenos tiempos no están todavía tan lejos. Y a fin de cuentas la nostalgia de los equipos jóvenes produce resacas mucho más llevaderas que las que sufren los veteranos. Estudiantes buscó con su mal juego un final apretado, y se impuso por los pelos.

Sólo así se puede explicar su victoria sobre el equipo de León. A falta de 20 segundos para el final del partido, con el marcador 81-77 y el balón en la mano, hicieron todo lo posible para perder el partido. Los pivotes suben el balón, se producen dos pases de lado a lado de la cancha por mitad de la zona contraria y, finalmente, Winslow comete una personal suicida ante un lanzamiento triple de Crespo. Toda una rifa.

El partido no supuso un cambio de escenario en el juego del equipo local. Lejos de flaquear, el entrenador del Estudiantes planteó el partido de forma similar al jugado dos días antes frente al Barcelona. Cvjeticanin de base y defensas presionantes de Winslow y Herreros sobre Crespo y Fernández. Elosúa se agarrota y da la sensación de depender de un solo hombre: Tillmon.

El base norteamericano suplió el pobre comienzo de sus compañeros y metió 17 puntos en los primeros 10 minutos de juego. Cvjeticanin no podía pararle y cometió rápidamente la tercera falta personal. Le sustituyó Pablo Martínez, y el partido dio un vuelco.

Tal vez sea el exceso de responsabilidad, o quizá lo cuadriculado que aún resulta su juego, pero lo cierto es que hay algo que agarrota al joven base madrileño y no le permite rendir al máximo. Su equipo se resintió hasta encajar un parcial de 2-16. El partido se había equilibrado de repente.

En la segunda mitad los dos equipos probaron defensas en zona. Herreros y Fernández sacaron lo mejor de su repertorio en los lanzamientos y se enzarzaron en un duelo brillante. Fue lo mejor de la noche. Pero en tonces a Estudiantes le falló el rebote, y tuvo que jugar el resto del partido a remolque, en una situación de constante peligro. Sólo los tiros libres funcionaron (un 93%, con 15 canastas de 16 lanzamientos) en las filas loca les. Este factor fue el flotador que necesitaba un equipo a la deriva.

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