"Yo sólo sé de cistitis"
Ni Victoria, ni Abril. Una extraña suerte de Consejo Superior de Investigaciones Mágicas, a raíz del estreno en Madrid del filme Demasiado corazón, rasca y rasca sobre la entraña de Ana y Clara Alonso, gemelas monocigóticas, gente de a pie y un tanto inverosímil también, Ana tirando a buenecilla y Clara tirando a dar. Ambas han sido secuestradas, sin rubor, por la supuesta Victoria Abril en la precitada cinta inquietante. Y en éstas estamos.Pregunta. Le confieso, Clara: soy policía disfrazado de encantador de serpientes, ¿le emociona?
Respuesta. No, me preocupa.
P. Y usted, Clara, ¿mentirá a fondo?
R. Casi siempre.
P. Clara, ¿se ha encontrado en Demasiado corazón?
R. Y viceversa.
P. Clara, ¿tiene raza de ramera con estudios superiores?
R. Pensaba que no se notaba.
P. Clara, ¿a quién ama?
R. A mi hermana.
P. Clara, diga una verdad.
R. Ya le he dicho una.
P. Clara, ¿necesita un detective privado para seguirla?
R. Necesito un médico.
P. Clara, ¿cómo le hace tilín la reina de Inglaterra?
R. Je ne connais pas.
P. Ana, responda a Clara.
R. Sí, hombre, la de los sombreros...
P. Clara, ¿qué insulto le merece Ana?
R. ¡No seas simple!
P. Clara, ¿mató a su marido?
R. Ése no es asunto suyo.
P. Ana, ¿odia a Clara por asesina o porque llevó al catre a su hombre?
R. Esa pregunta no es válida.
P. Ana, ¿le inspiran el esperma los billetes de lotería premiados?
R. Los niños siempre vienen con un pan bajo el brazo.
P. ¿Imagina una golfería espiritual?
R. Sí, santa Teresa y el otro, Juanito de la Cruz.
P. Clara, ¿mata a Ana y nos fugamos?
R. No has nacido aún, chico.
P. Clara, ¿a quién diría: "Que te zurzan, hijo de perra"?
R. Eso no lo diría, lo haría.
P. ¿De veras es Ana?
R. Clara.
P. Ana, ahora una orden: ¡desnúdese, ya!
R. Usted va mucho al cine Y eso está bien...
P. Perdón, Ana, sólo pretendía conocerla más superficialmente...
R. Pues vaya más al cine.
P. Clara, ¿qué fue para usted Demasiado corazón?
R. Un jodido difícil trabajo.
P. Yo soy un policía de la época de José y María...
R. Ya me lo decía: este chico no es de mi colegio.
P. ¿Confunde, de pasada, al hombre y a la mujer?
R. De pasada, nada.
P. Ana, ¿somos todos malos?
R. A ratos Pilatos, a veces peces.
P. ¿Saber ser ordinario es una cultura?
R. Es imprescindible.
P. Ana, ¿Madonna es actriz o virgen incontrolada?
R. ¿Ahora se llama así?
P. Ana, ¿Madonna se parece en algo a usted?
R. Es evidente que no.
P. Clara, ¿piensa más en Maradona, en Bosnia o en Inocencio Arias?
R. No necesito consejos de Inocencio.
P. Ana, ¿qué es la próstata de una mujer?
R. Yo sólo sé de cistitis.
P. ¿Qué daría la medida de su locura, Ana?
R. No lo quiero ni pensar.
P. Clara, ¿a qué muerto velaría con ardiente ardor?
R. A mi marido.
P. ¿Quién sucederá a Mitterrand, Ana?
R. No sé, pero me preocupa.
P. ¿Es inmortal, Ana, este personaje?
R. De eso nada, monada.
P. ¿Mentamos, Ana, a Maastricht?
R. Mentar, pero no mentir.
P. Muy urgente: ¿es usted Clara?
R. Soy Ana.
P. ¿Y usted qué pinta, Clara?
R. ¿Y a usted qué le importa?
P. ¿Saben ustedes qué policía han encarado?
R. Ana: Yo no lo reconozco, está desnudo.
R. Clara: Pero, Ana, si todo EL PAÍS lo conoce.
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