La guerra llega a los cementerios
La tragedia de la guerra civil en la antigua Yugoslavia puso ayer nombres y apellidos a sus inocentes víctimas. El escenario fue el cementerio de Lion, en Sarajevo, donde se procedía al entierro de las dos niñas muertas el sábado, cuando el autobús en que se les pretendía librar del horror en que vive la capital de Bosnia-Herzegovina fue atacado por francotiradores serbios.Ni siquiera en el cementerio hubo paz para Vedrana Glavas y Roki Sulejmanovic. La precipitada ceremonia en la que se daba tierra a las dos niñas de corta edad se llevó a cabo bajo un bombardeo de granadas de mortero que hirió de gravedad a la abuela de Vedrana, a quien ha habido que operar para tratar de salvarle un brazo.
Vedrana y Roki formaban parte de un convoy de 40 niños que ayer consiguieron llegar a Alemania en medio de una fuerte polémica, con acusaciones de que la operación había sido un montaje propagandístico a beneficio del ministro germano de Exteriores, Klaus Kinkel.
En Bosnia, paralelamente, no cesa la mortal rutina de los bombardeos. Anoche, el Consejo de Seguridad de la ONU pidió que la Cruz Roja y otras organizaciones humanitarias puedan visitar los campos de prisioneros donde al menos 4.000 personas viven en condiciones infamantes. Página 2
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