Sabonis, una lista de cuentas pendientes
El 'pívot' lituano desea otra medalla y medirse a las estrellas de la NBA
Las motivaciones que ponen los ojos de Arvidas Sabonis como platos en Barcelona son varias y todas de gran peso. En el pabellón olímpico de Badalona se va a estrenar al máximo nivel con su nueva selección, la de Lituania, la que ha elegido tras la difícil decisión que tomó en marzo de 1990 al renunciar a jugar por la URSS. Un combinado lituano al que ha tenido que apoyar con gestos económicos y burocráticos como la entrevista que mantuvo en Lausana con el presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), Juan Antonio Samaranch.
Otras ilusiones tan explícitas como aquéllas anidan en su mastodóntico físico, 2,18 metros y 125 kilos. En Badalona, Sabonis, nuevo jugador del Madrid, podrá enfrentarse por fin a las estrellas de la NBA, ésas entre las que pudo haber estado de no haber sido por una grave lesión. Por el momento es el quien posee la medalla de oro, aunque no se vanagloria. La ganó con la URSS, junto a jugadores que compiten con otras selecciones.Sabas, como así lo llaman sus compañeros de selección, lo ha conseguido todo a nivel de selecciones: un Mundial (1982), un Europeo (1985), una Universiada (1985) y ha sido elegido el mejor jugador en todos estos acontecimientos. Pero su tesoro más preciado es el oro de Seúl. Es el metal de su colección al que más veces da lustre. Hace cuatro años repitió la histórica hazaña de Serguéi Belov y el legendario equipo que derrotó a EE UU en Múnich 72, y después sorprendió en la final al potente combinado yugoslavo.Una guillotina
Los médicos le habían advertido que su participación en Corea del Sur suponía colocar una guillotina sobre su carrera. Los dos años anteriores Sabonis había permanecido inactivo a causa de la rotura del tendón de Aquiles que sufrió el 23 de mayo de 1,986, poco después de que el Portland Trail Blazers le eligiera en el puesto 24 de la primera ronda de la selección de la NBA.
Sabonis se muestra entusiasmado por competir en Barcelona con la selección lituana, por la que optó una vez que se proclamó la independencia de esta república báltica, el 11 de marzo de 1990, y tras renunciar a continuar en el equipo de la URSS con el que disputó un total de 123 partidos."En los Juegos Olímpicos no vamos a defender sólo nuestras ilusiones deportivas, sino también nuestro orgullo nacional tras la recuperación de nuestra soberanía", afirma. "Para mí significa mucho vestir los colores de Lituania. Hemos luchado de forma intensa para crear esta selección y nuestra ilusión es hacer algo grande. En nuestro país el baloncesto es el deporte número uno y no podemos defraudar a tanta gente que tiene depositadas sus esperanzas en nosotros
Pero Sabonis no sueña con otra medalla de oro: "Lo tengo muy claro. Esa medalla está reservada para EE UU. Forman un equipo increíble. El resto debemos contentarnos con luchar por la medalla de plata. Nosotros podemos conseguirla, ¿por qué no? Contamos con un equipo compensado y con experiencia y que tiene ilusión por entrar entre los grandes".
El pívot lituano alaba la aportación del técnico de Melilla, Javier Imbroda, a la selección de su país. "Es importante porque los entrenadores de mi país no han podido viajar para conocer a fondo el baloncesto que se practica en otros países. Imbroda conoce bien la forma de jugar en Europa". Según Sabonis, la clave para que Lituania triunfe "es la concentración, que seamos conscientes de nuestras posibilidades".Aversión a la prensa
Nacido en Kaunas hace 27 años, Sabonis está casado con Ingrida, antigua Miss Vilnius, modelo y actriz. Tienen dos hijos, Zigimantas, de un año, y Tautvidas, de dos meses. Está construyendo una mansión cercana al pabellón de los deportes de Kaunas y posee dos lujosos apartamentos en Torremolinos. Es famoso, incluso entre sus compañeros, por su aversión a conceder entrevistas.Después de haber pasado tres temporadas en el Fórum de Valladolid ha fichado por el Real Madrid. Curiosamente, a nivel de club no ha podido refrendar sus éxitos con la selección. Sus mejores logros han sido los subcampeonatos de la Copa de Europa y de la Recopa con el Jalguiris Kaunas. "Mi decisión de fichar por el Madrid", cuenta, "no se basa sólo en el dinero. Quiero estar en un equipo campeón. Para mí es todo un reto aunque hasta que no pasen los Juegos Olímpicos no quiero pensar en ello".
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