Los goles del Barça salvan un partido sin fútbol
Los goles salvaron un partido que nunca debió jugarse. Fue un atentado para un gourmet del fútbol montar el encuentro del Camp Nou el mismo día y con sólo una hora de diferencia respecto al derby madrileño, en el que se dirimía el liderado. No es ésa una cuestión doméstica -sólo madrileña- sino que el Barcelona algo tiene que decir ó contar todavía, o al menos eso dicen los rectores, los técnicos y los jugadores de la entidad azulgrana, que siguen enganchándose a la Liga en espera de lo que pase el miércoles en Londres, en la final de la Copa de Europa.Dicen los directivos que si se jugó ayer contra el Mallorca fue porque el viernes se casó la hija de Cruyff y, por tanto, el partido no se pudo adelantar un día más. ¿Y el horario?. ¿Quien lo puso a las nueve cuando en Madrid jugaban a las ocho?. El desprecio que mostraron los directivos con su propio equipo quedó reflejado en el televisor que se hicieron instalar en el palco para seguir las incidencias del Real-Atlético mientras los chicos de Cruyff se peleaban a solas, en la más absoluta ignorancia, con el balón. Cruyff, mientras, tuvo también un ojo para mirar a Londres, a tenor de la alineación que dispuso. Y añadan que el Mallorca jugó con cinco ex azulgranas. Total que aquello pareció un partido de entrenamiento con 30.000 espectadores.
No fue fácil para los fútbolistas azulgranas concentrarse ante tanta dispersión como había a sus alrededores. Manejar ese ambiente confuso es más difícil que abatir a cualquier contrario. El esfuerzo que derrocharon tuvo como recompensa tres goles. Fue un partido muy blandengue. El primer tiempo no existió. Hubo, eso sí, un penalti inocente de Pinilla que permitió a Koeman resarcirse de las penas máximas erradas esta temporada. Pero, mejor dicho, no hubo ni eso, porque el penalti coincidió con el tercer gol del Madrid, y la gente sólo tenía ojos para los monitores y oídos para la radio.
La victoria madridista dejó un resgusto amargo en la grada. El atontamiento duró hasta que Stoichkov salió a calentar mientras Zubizarreta evitaba el empate en un remate a bocajarro de Álvaro. La salida del búlgaro -chupó banquillo por haber estado concentrado toda la semana con la selección búlgaro- fue digna de un revulsivo. Stoichkov respondió a los aplausos de la afición fabricando un segundo gol que mereció pañuelos y participando el tercero. El resultado disimuló las carencias futbolística de un choque en el que el Mallorca nunca encontró acomodo.
Es el equipo de Serra Ferrer un bloque sin recursos ofensivos -sólo ha marcado siete goles en campo contrario- y al que los errores defensivos han colocado con la soga al cuello -penúltimo con hasta 13 negativos-
Vistos los resultados de la jornada, el Barcelona sigue en manos de Dios, como diría Cruyff. Pero por ahora la Liga queda aparcada para el colectivo azulgrana. El de ayer fue un partido de entrenamiento -los puntos siguen para aspirar a la Liga, por si acaso- para Wembley, el escenario de la final de la Copa de Europa.
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