Arantxa Sánchez Vicario llega a la final del torneo de Cayo Vizcaíno al vencer a Capriati
La española Arantxa Sánchez Vicario se clasificó ayer para la final del torneo de tenis de Cayo Vizcaíno (EE UU) al derrotar a la norteamericana Jennifer Capriati por 6-2 y 6-4. Arantxa se enfrentará en la final con la vencedora de] partido entre la alemana Steffi Graf y la argentina Gabriela Sabatini, cuyo resultado no se conocía al cierre de esta edición. El torneo había ofrecido el día anterior la sorpresa de la eliminación de la yugoslava Mónica Seles a manos de Capriati (6-2 y 7-6). Seles no perdía desde noviembre de 1991, cuando sucumbió ante la estadounidense Martina Navratilova.
Capriati apareció cansada y perdida ante Arantxa Sánchez Vicario. Su victoria ante Seles consumió todas sus energías y la dejó sin aliento para enfrentarse ante la tenista española, una de las más rocosas del circuito internacional. "Pienso que ella jugó muy bien y yo me sentí muy cansada", manifestó la joven jugadora norteamericana tras un partido que se resolvió de forma sencilla para Arantxa."Estaba dispuesta para luchar, pero no se puede luchar cuando las piernas no responden", dijo. Capriati había batido en tres sets a su compatriota Zina Garrison y luego tuvo que medirse en otro durísimo partido con Mónica Seles. Arantxa estaba más descansada y en una forma excelente.
En lugar de permitir un encuentro con golpes desde el fondo de la pista, la española se dedicó a mover durante todo el partido a su rival. Arantxa cambió constantemente los ángulos de sus golpes y abatió definitivamente a Capriati, que pronto dio muestras de sentirse a merced de su adversaria.
"Si Capriati no está en posición, no puede golpear la pelota con dureza", declaró Arantxa, que se encontraba feliz por poder afrontar un torneo con la condición de favorita. "Sé que cuando ella tiene que golpear la pelota en movimiento, comete sus mayores errores".
Capriati cometió 32 errores no forzados y se encontró en desventaja constante ante la dinámica jugadora española, que pareció recuperar su mejor tenis. Durante los 72 minutos que duró el partido, demostró una gran capacidad para diseñar el juego que ella quería. Su mando fue absoluto y no hubo dudas desde el principio sobre su calidad de vencedora del encuentro.
Sánchez tomó una ventaja de 3-1 en el primer set después de romper el servicio de Capriati en el tercer juego. Una nueva ruptura en el séptimo juego dejó el set en manos de Arantxa, que llevó el segundo set con la misma pericia. En el tercer juego volvió a romper el servicio de la jugadora estadounidense. Capriati intentó recomponerse. Salvó un par de puntos de partido y dispuso de su servicio nuevamente. Pero Arantxa mantuvo su extraordinario tenis y dejó ventilado el encuentro.
El torneo se encontró de repente con Arantxa en la final, después de una semana en la que la española parecía invisible. Con una rivales muy asequibles, apenas se ha desgastado, mientras las otras grandes protagonistas se veían envueltas en partidos de enorme desgaste. Esta tranquilidad sitúa a la española en una posición ideal para conquistar uno de los torneos de mayor tradición del circuito internacional. Cayo Vizcaíno tiene una dotación en premios de 2,8 millones de dólares (unos 290 millones de pesetas).
Arantxa reconoció el poco impacto que había tenido en las jornadas previas. "Parecía como si yo no estuviera aquí. Nadie ha pensado en mí. Puede que ahora lo hagan", manifestó la campeona de Roland Garros 89.
"La clave ha estado en la confianza que he demostado a lo largo de todo el torneo. En este partido también ha sucedido la mismo. Sabía que si imponía mi estrategia de juego, Capriati tendría muchas dificultades para ganarme. Yo apenas he cometido fallos y ella no ha sabido adaptarse al ritmo del partido. He respondido a todos sus golpes y ella no ha podido devolverme los que he lanzado", dijo.
El resultado deja a los estadounidenses sin representantes en la final, después de las esperanzas que se habían depositado en Capriati tras su triunfo ante Seles.
La victoria de Jennifer Capriati, que sólo cuenta 16 años, supuso una pequeña conmoción en el mundo del tenis. La última derrota de la yugoslava se produjo en noviembre de 1991, cuando perdió ante Martina Navratilova la final de Oakland.
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