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Redondo ve "normal" que haya trabajadores de la ONCE en dos federaciones diferentes de UGT

Nicolás Redondo, secretario general de UGT, dijo ayer, tras la clausura del tercer comité confederal, que el hecho de que haya trabajadores de la ONCE afiliados a dos federaciones diferentes del sindicato "es algo normal en una organización viva", y subrayó esta idea al afirmar que esta situación "es como la vida misma". En la actualidad, más de 3.000 trabajadores de la ONCE están en la federación de servicios públicos, y ayer por la mañana se votó la entrada en la federación de comercio de UGT de otros 12.000 que están afiliados a la Unión de Trabajadores de la ONCE (UTO).La aprobación contó con más del 90% de los votos en el comité. Hubo 145 votos a favor, 7 en contra y 8 abstenciones. Redondo afirmó que en su sindicato "caben todos los trabajadores del país" y que la UGT es "la organización que más colectivos ha integrado".

En la conferencia de prensa Nicolás Redondo señaló, en relación a la negociación colectiva del próximo año, que la acción sindical se halla en una etapa "en la que los grandes acuerdos no son ya previsibles".

Redondo afirmó que las cinco mesas de negociación que están abiertas "son el único nexo de unión entre la Administración, la patronal y los sindicatos, y por eso no vamos a hacerles el juego y dejar sin contenido estas mesas". En relación con la actitud del Gobierno, señaló que "en lugar de encontrarnos con un interlocutor, nos hemos encontrado con un opositor".

Por otra parte, la Alternativa Social, corriente de opinión dentro de la Organización Nacional de Ciegos de España (ONCE), exige que esta organización finalice rápidamente su proceso de inversiones especulativas y se centre en su contenido social.

"Mala gestión"

El presidente de este grupo Jesús M. Equino, dijo ayer que "mientras la actual dirección de la organización invierte en Isla Margarita, los empleados no pueden pedir anticipos sin interés. A partir de enero si un empleado de la ONCE pide un anticipo por necesidades personales deberá pagar un 14%". "Esta situación de mala gestión nos lleva a pensar", añadió Equino, "que la ONCE tiene un problema de liquidez que parecía imposible tan sólo hace tres años".

Tras quejarse de que la dirección les niega información de la gestión diaria, aseguran "que se están alejando cada vez más de los objetivos sociales de la organización para convertirse en una empresa que dirige sus inversiones con criterios totalmente criticables. Además, la ONCE tiene un déficit democrático en su funcionamiento que a la larga se volverá contra la actual dirección". Equino recalcó que es necesario abrir un fuerte debate en la ONCE porque se han perdido muchos años para dar una dirección social a este instrumento para sus asociados.

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