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Sólo siete de los 20 clubes de Primera División han cubierto el cupo de cuatro extranjeros

La legalización del cuarto jugador extranjero no ha producido hasta ahora notables cambios en la política de reclutamiento entre la mayoría de los clubes de fútbol de la Primera División española. El Barcelona y el Real Madrid, sin embargo, han subrayado las teóricas ventajas de su poderío económico con los fichajes de dos mundialistas. Detrás de ellos, en la segunda fila, las entidades ya no tienen tanta liquidez. Así, se han abstenido o han preferido la cantidad a la calidad. Sólo siete de los 20 clubes han cubierto el cupo y, en algún caso, tienen hasta cinco foráneos.

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La discreción ha presidido el mercado español

Resulta extraño que los clubes votasen el cambio de normas impulsados por criterios dispares. Mientras Josep Lluís Núñez, el presidente del Barcelona, promovía el aumento del cupo y se permitía un fichaje millonario para que sus cuatro extranjeros pudiesen actuar a la vez en la Copa de Europa -la UEFA autoriza la presencia de cuatro sobre el terreno en sus competiciones-, otros dirigentes proclamaban que la medida serviría para abaratar el mercado doméstico. La llegada del holandés Richard Witschge al Camp Nou redondeó una inversión de 2.000 millones de pesetas en los cuatro foráneos azulgrana.Ningún otro club ha podido pescar en las aguas comunitarias de los países punteros del fútbol europeo. Incluso el Real Madrid se vio obligado a desistir del fichaje del inglés Des Walker, cuyo precio en el inflado escaparate británico rozaba los 1.000 millones de pesetas y en su lugar, ofreció dólares a¡ Sâo Paulo, brasileño, por el más asequible Ricardo Rocha.

Sin gangas

En la estela de Núñez y Ramón Mendoza, el presidente madridista, pocos mandatarios han dado con las gangas que buscaban. Tan sólo cinco de ellos han llenado el cupo y algunos lo han hecho de forma accidental y con unos inmediatos descartes pendientes. Ésos son los casos del Zaragoza, cuya lista de cinco extranjeros incluye al marginado Chilavert, paraguayo, y a los uruguayos Poyet y Suárez, ambos amenazados por la incorporación de otro delantero suramericano, Franco. En similar situación se encuentra el Valladolid, con cuatro foráneos, pero sólo debido a las dudosas situaciones del guardameta yugoslavo Ravnic y del, defensa argentino Lozano.Llama también la atención que cinco clubes, entre ellos entidades de una relativa potencia económica, como el Sevilla, el Logroñés y el Tenerife, se encuentren con tan sólo dos extranjeros en la nómina por no poder resolver en el mercado internacional la ecuación entre el precio y la calidad.

Otro caso llamativo es el del Deportivo de la Coruña, que, a bajo precio, ha reclutado a tres yugoslavos y dos búlgaros, entre estos últimos Kiriakov, el único que ha tomado parte en las eliminatorias de la Eurocopa con la selección de su país: participó en el 2-3 frente a Suiza y el 1-1 con Escocia.

El asunto tiene espinas por todos los lados. Para el futbolista resulta arriesgado abandonar un equipo en el que es titular para luchar por una plaza en un conjunto español frente a otros tres extranjeros. Son muy Pocos los internacionales de renombre dispuestos a aceptar tal coyuntura. En el vestuario, la llegada del cuarto foráneo sign ica una caseta menos para los nacionales. Y en la sala de juntas los importantes fichajes en divisas son difícilmente justificables ante a la tribuna si la figura importada se sienta domingo tras domingo en el banquillo de los suplentes.

¿Buenos?

Como resultado: la búsqueda de gangas en zonas asequibles. En este momento, el 40% de las importaciones proviene de Árnérica y un 40% más de los países del Este europeo. Pueden ser bonitos y baratos. Resta por ver si son buenos.Un caso aparte es el del Athletic de Bilbao, que sigue confiando exclusivamente en la cantera vasca. Por el contrario, la Real Sociedad, tras romper la norma de su eterno rival, ha cambiado a sus extranjeros de orígen británico y se ha inclinado por los portugueses Oceano y Carlos Xavier.

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