Camacho suspendió el entrenamiento del Madrid ante el desinterés de los jugadores

José Antonio Camacho, ayudante de Alfredo di Stéfano, suspendió ayer el entrenamiento del Madrid, el primero tras la derrota ante el Barcelona, cuando había transcurrido una hora y 17 minutos de la sesión. Poco antes, Sanchis y Chendo habían lanzado incomprensiblemente dos balonazos al aire cuando se jugaba un partidillo rutinario. Camacho desmintió posteriormente que hubiera decidido acabar con la sesión por el comportamiento de los jugadores, que, tras lo sucedido, mantuvieron una nueva reunión en el vestuario. Di Stéfano y su ayudante se entrevistaron, por su parte, con Ramón Mendoza al que le contaron lo sucedido.

La tensión en la plantilla madridista se convirtió en pública ayer en la sesión de entrenamiento. Después de una primera fase de ejercicios dirigidos por el preparador físico Fernando Mata, José Antonio Camacho ordenó a los jugadores que formaran para jugar un partidillo. La norma establecida era: dos toques de balón y pase. Manolo Sanchis fue el primero en romper la norma, ya que cuando recibió el balón lo lanzó al aire ante el asombro de los presentes. La pelota salió del campo y rozó la valla que rodea el terreno de juego. Poco después, se restableció el partidillo pero fue entonces cuando Chendo hizo algo parecido. El capitán del Madrid en lugar de lanzar hacia Buyo, como era lo lógico, dio otro zapatazo y la pelota volvió a salir disparada.Camacho, que contemplaba a sus hombres junto a Alfredo Di Stéfano, decidió entonces suspender el entrenamiento. Todos menos Hugo -se quedó lanzado penaltis a Buyo- y Lopetegui -trabajaba con Mata- se marcharon a los vestuarios. Poco después, Antonio Acedo, masajista del equipo, salió para comunicarles a ambos que la plantilla se iba a reunir en el vestuario.

"Llevábamos una hora y 17 minutos, teníamos que terminar y he dado por terminado el entrenamiento. No es que haya sido raro, sino que el equipo ya estaba cansado. Las últimas jugadas no salían y he tenido que cortar" explicó Camacho, quien reconoció que "cuando se pierde el ambiente es frío; las victorias dan más tranquilidad".

Camacho confirmó que él no había asistido a la reunión en el vestuario, como tampoco lo hizo Di Stéfano. Chendo, el capitán, dijo a la salida de al reunión: "Eso son cosas nuestras y nos incumbe sólo a nosotros. Hablamos lo que creemos que es conveniente para la entidad. Camacho ha decidido que se acabara el entrenamiento y nada más. Ha coincidido con mi patadón pero nada más".

Michel y Buyo mantuvieron su silencio -no hacen declaraciones desde hace unos días-, mientras que Butragueño afirmó: "Cuando vas perdiendo, todos nos volvemos más susceptibles. Sabemos que la situación es difícil y vamos a intentar cambiarla lo antes posible. El ambiente no es malo, lo que pasa es que si no ganas, no te puedes reir".

Hugo Sánchez, por su parte, reconoció que la plantilla tiene problemas: "El equipo da la sensación de estar distraído por muchos motivos. Hay elecciones presidenciales, varios lesionados; se ha cambiado de entrenador y, aunque parezca una tontería, los jugadores también estamos preocupados por la crisis del Golfo".

Di Stéfano y Camacho se dirigieron al despacho del presidente, Ramón Mendoza, al que informaron de lo sucedido. Camacho está dispuesto a presentar la dimisión, como va adelantó a la plantilla el pasado jueves, si no encuentra mayor colaboración de los jugadores. Con él se iría Alfredo Di Stéfano, que actúa en la crisis de oyente.