_
_
_
_
Tour 90

Una semana de montaña

Los rivales de Delgado, a excepción de Lemond, no tienen solvencia como escaladores

Luis Gómez

LUIS GÓMEZ A Pedro Delgado le queda una semana. Entre un martes y otro habrá dicho todo lo que tenga que manifestar en este Tour. Luego, volverá a ampararse en el reagrupamiento del pelotón para ejercer como jefe de la carrera, como digno protagonista de ella o como frustrado aspirante. Ahora mismo, no tiene más remedio que trasladarse a la primera línea y olvidar toda especulación; sus rivales tienen cara y ojos: el afortunado Bauer, el sorprendente Alcalá y el campeonísimo Lemond. Delgado lucha entre dos referencias, la que le ofrece la experiencia y la que le anuncia el olfato.

Es Alcalá tan buen escalador?, ¿es Bauer un corredor sólido en la alta montaña?, ¿estará capacitado Lemond para seguir cualquier rueda favorable?, ¿es la montaña de este Tour tan escasa como se presume? La experiencia incapacita a dos de sus tres rivales como inalcanzables enemigos porque sólo el norteamericano Lemond ha mostrado los recursos del gran campeón, capaz de sellar con su presencia en el momento más delicado cualquier pronóstico. Porque las referencias señalan que Alcalá no ha sido hasta el momento un corredor brillante en la alta montaña, ni que Bauer haya estado capacitado para regularizar su presencia en las más notables cumbres. Lemond sí. Éste es un matiz que no escapa a Delgado.Las tres últimas ediciones del Tour ponen en entredicho la solvencia montañosa de dos de los favoritos frente al español Delgado. Desde que se entra en la montaña hasta que los corredores se alejan de ella, Delgado ha mostrado capacidad sobrada para entregar un palmarés esclarecedor frente al canadiense y el mexicano. Las cifras no engañan a este respecto, aunque un sexto sentido demande prudencia.

Alcalá, por ejemplo. En 1987, año de su eclosión como figura en ciernes, perdió 19.55 minutos con relación al español en la semana montañosa del Tour; en 1988, la diferencia favorable a Delgado se elevó a los 26.37 minutos, mientras el pasado año la comparación montañosa entre uno y otro arrojó superávit para Delgado en 13.28 minutos. ¿Qué quiere ello decir? Que Alcalá aún no ha mostrado en tierra francesa las virtudes que adornan a los grandes escaladores.

Del mexicano queda el recuerdo de haber sido visto investido en 1987, y durante unas jornadas, de la camiseta blanca con cintas rojas que destaca al líder de la montaña. Cuando llegaron las cumbres decisivas, sin embargo, Alcalá perdió posiciones hasta descender finalmente al tercer lugar de esa clasificación siendo rebasado por el español Anselmo Fuerte. Años después, esa discutible condición de líder de la montaña ha pertenecido a dos de sus ex compañeros, los holandeses Roos (1988) y Theunisse (1989). Una elemental vuelta al pasado muestra a Alcalá siempre descolgado frente a las acciones agresivas, aunque estratégicamente heterodoxas, de la pareja holandesa en la montaña, recuerdo objetivo que, sin embargo, no empaña ese estereotipo que se empecina en definir al mexicano como gran escalador. Curiosamente, sus dos únicos triunfos parciales en etapas del Tour se han producido en recorridos llanos: uno el pasado año y el segundo en la contrarreloj del sábado. Una sospecha, una calumnia, tienen más fuerza que la realidad.

El canadiense Bauer no escapa a semejante comparación cuando la carrera ha discurrido por los cauces habituales. Diez minutos de regalo no le hubiera colocado por delante de Delgado en los últimos dos años.

¿Qué puede, por tanto, diferenciar este Tour de los anteriores? Muchas cosas. Una carrera ciclista está sujeta como ninguna otra competición a los avatares del destino, porque quien compite 22 días sobre 22 dispone en definitiva de 22 posibilidades más de sufrir las consecuencias de un accidente, de un desfallecimiento o de la acción indiscriminada de factores externos. En el aspecto deportivo, las especulaciones deben discurrir por lo conocido, a salvo de jugar con riesgo o abusar de la prudencia.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_