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Decorados a lo grande

Se rueda para televisión una novela de Marsé

En una impresionante mansión de Argentona (Barcelona) comenzó el pasado lunes el rodaje de la nueva seria televisiva de Francesc Betriu, la adaptación de la novela de Juan Marsé Un día volveré. Producción del Institut de Cinema Catalá para TVE, la serie consta de seis capítulos, cuyo rodaje insumirá un total de 19 semanas. El planteamiento de la acción, que en forma de escenas retrospectivas cubre un arco temporal de más de 20 años, ha obligado a la realización, por primera vez en Barcelona en muchos años, de unos grandes decorados de exteriores que reproducen la zona de Gràcia en que se sitúa la acción.

La serie, cuyo proceso de producción comenzó en octubre del pasado año, y cuyo rodaje está previsto que termine a fines de septiembre, está protagonizada por un omnipresente Nacho Martínez, quien encarna al protagonista Jan Julivert. Junto a él figura un lujoso cast que incluye, en los principales papeles, a Charo López (la cuñada Bibiana), Eusebio Poncela (el desequilibrado juez Klein), Assumpta Serna (Virginia, su mujer), Ramón Madaula, Lluís Homar y Achero Mañas, joven actor madrileño que dia vida al atormentado adolescente Néstor. Para el papel del señor Suau, el cronista que indirectamente narra la acción, se cuenta con el actor árgentino Ulises Dumont.La idea de emplear decorados de exteriores, que están situados en los antiguos decorados de caballería de la calle de Lepanto, aunque parezca una paradoja, es anterior incluso al proyecto de adaptación de la novela. El director Francesc Betriu, quien anteriormente llevara con éxito a la pequeña pantalla obras del calibre de La plaça del Diamant, Réquiem por un campesino español o Vida privada, y en cuyo haber cinematográfico se cuenta una de las adaptaciones más populares del cine catalán de los últimos años, Sinatra, confiesa que su primera intención fue hacer una recreación de seis narraciones originales de Juan Marsé.

"Mi interés por Un día volveré se despertó prácticamente cuando se publicó la novela, en 1982. Entonces acababa de rodar La plaça del Diamant, y el productor Pepón Coromina me ofreció hacer la adaptación para el cine, comenta, "le dije que sólo la veía como serie de televisión y el proyecto quedó suspendido. Después, mientras trabajaba con Juan Marsé y Gustau Hernández en el guión de Vida privada, volvió a surgir la posibilidad de colaborar Juntos en un nuevo proyecto y se nos ocurrió la realización de seis historias independientes, todas ellas bajo el común denominador de estar ambientadas en una misma calle, para lo cual pensamos ya en construir un decorado gigante. Finalmente los tres nos pusimos manos a la obra, pero lo que terminamos haciendo fue Un día volveré".

Venganza de los derrotados

El decorado reproduce la zona de la calle de Torrent de les Flors, la plaza de Rovira, con su desparecido cine, en la que Juan Marsé situó las andanzas de sus personajes, encabezados por un envejecido Jan Julivert, ex boxeador y ex militante anarquista, a quien unos adolescentes del barrio, entre ellos su sobrino Néstor, ven como poco menos que la reencarnación de la venganza de los derrotados. Da cuenta de por lo menos tres momentos históricos diferentes (1953, 1959 y 1975), y ha sido proyectado por el veterano y prestigioso decorador Gil Parrondo, ganador de dos oscars de Hollywood, ayudado por Francisco Prosper, profesor en la Escuela Oficial de Cinematografía durante largos años, cineasta y decorador, retirado y cuyo retorno se ha solicitado para esta serie.Considerado en su momento, a comienzos de los sesenta, como uno de los más sólidos valores de la renovación cinematográfica del cine español, el leridano Francesc Betriu ha ido amoldando su talento, con el correr de los años, a cometidos tal vez no tan decididamente personales como los de sus orígenes en el cine, aunque sin duda alguna más sólidos y populares. Alumno de la célebre Escuela Oficial de Cinematografía de Madrid, de la que fue expulsado por sus posturas críticas junto con otros aspirantes a fines de los sesenta, Betriu comenzó su carrera profesional en una productora dedicada al cortometraje, Inscram, en la que también trabajaron José Luis García Sánchez y Manuel Gutiérrez Aragón.

Sus comienzos en el largometraje profesional fueron dos sarcásticas, vitriólicas comedias negras: Corazón solitario (1972) y Furia española (1974). Pero la gran ocasión de lanzar su carrera hacia los derroteros de prestigio profesional de que actualmente goza se produjo en 1982, cuando realizó La plaça del Diamant, adaptación de la novela de Mercè Rodoreda.

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