_
_
_
_

Aldridge, un goleador carnívoro

"Aldo, ya puedes aplicarte, que vamos a fichar a Rush". "Tranquilo, mister; además, Rush ya no rnarca". La conversación se producía en el campo de entrenamiento de la Real Sociedad, en Zubieta, entre Marco Antonio Boronat y el irlandés John Aldridge al regreso de éste de Liverpool tras un permiso vacacional. Aldridge se preparó esos días con sus ex compañeros en Anfield Road y, a buen seguro, los red comprobaron la segunda juventud de quien fuera la réplica nariguda del galés lan Rush. Boronat y la Real pueden respirar tranquilos. En el trayecto de Liverpool a San Sebastián, Aldridge no perdió su olfato de gol y el duelo de atentar contra la tradición escuece menos con el pan de los goles. Aldridge ha alargado hasta la portería contraria la línea recta de la experiencia que Boronat traza desde la defensa (Górriz y Gajate) pasando por el centro del campo (Larrañaga). A ambos costados, una insultante juventud que hace algunas semanas fue objeto de una estéril polémica entre la Real y el Athlétic de Bilbao por la propiedad máxima del divino tesoro.Boronat mantiene el proyecto Toshack con británica devoción, aunque insertando trazos de su evolucionada personalidad: frío y calculador, como fútbolista; arriesgado y apasionado, como entrenador. Ahora ultima su obra escudriñando fichajes por Europa y bien pudiera provenir de Anfield Road el compañero de Aldridge, fracasados los acercamientos a Molier (en el Eintracht de Francfort) o a Gilhaus (en el Aberdeen).

Más información
Boronat: "Sueño con un Aldridge"

Sin embargo, este proyecto de altos vuelos tiene el suelo de cristal. A pesar del salto presupuestarlo (950 millones de pesetas), de trocar el déficit en superávit, de tener en marcha el nuevo estadio de Anoeta, la Real padece los rigores de la cantera. El éxito tiene dos caras opuestas. El esfuerzo realizado para la contratación de Aldridge repercute negativamente en la renovación de los jóvenes valores. La paciencia histórica necesaria en un equipo de cantera para obtener buenas cosechas se torna en vértigo por rentabilizarlas antes de que maduren en el huerto del vecino. González ratifica la tradición de los porteros donostiarras; Lasa, a sus 18 años, es un jugador versátil de inusitado descaro sobre el terreno; Villabona tiene el trazo de la elegancia metido en su juego; Igoa tiene en Aldridge un maestro al que debe perseguir hasta el cuarto de baño si es preciso.

Aldridge es un jugador carnívoro que cuenta sus goles por chuletas desde que un carnicero guipuzcoano decidiera regalarle una por cada gol marcado. El acendrado gusto por la cocina vasca del que hace gala ha agudizado su espíritu depredador. A Zubizarreta le ha rebanado este año seis veces. Hoy se acercará por vez primera al mostrador de Buyo.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_