Javier Sánchez Vicario, último español eliminado en el Open de Australia
Javier Sánchez Vicario, último español superviviente en el Open de Australia, fue eliminado ayer por el finlandés Veli Paloheimo, de 22 años, revelación del torneo, por 7-5, 6-4, 3-6 y 6-1. La última jornada sin embargo, estuvo marcada especialmente por los abandonos de la argentina Gabriela Sabatini y del australiano Mark Woodforde, ambos lesionados con torceduras de tobillo. Las quejas sobre la peligrosidad de la pista rápida sobre la que se juegan los partidos se han sucedido.
Javier Sánchez cayó derrotado ante un finlandés que ha hecho historia para el tenis de este país. Tras eliminar al alemán CarlUwe Steeb y al francés Guy Forget, ha llegado más lejos que nunca lo había hecho antes un compatriota suyo en un gran torneo. "El teléfono suena 25 veces por día", ha declarado Palohelmo. "He tenido que decir a la telefonista del hotel que no me pase llamadas por la noche y tampoco antes de las 10 de la mañana a fin de poder dormir. Sin embargo, un minuto después de las 10 ya está sonando el teléfono".Paloheimo, que encontró resistencia inicialmente en Javier Sánchez, que incluso logró ganar el tercer set, acabó arrollando al español, sin darle opción alguna: "Yo siempre juego bien aquí en Australia. Las bolas y la superficie me van perfectamente".'Paloheimo, con su buena actuación en el Open de Australia, donde ha pasado ya tres rondas, subirá puestos en la clasificación mundial, en la que ahora ocupa el puesto número 120º.
Lesiones y polémica
La sexta jornada del torneo, sin embargo, estuvo especialmente marcada por el abandono de la cabeza de serie número dos, Gabriela Sabatini. La jugadora argentina sufrió una torcedura de tobillo con distensión de ligamentos cuando ganaba fácilmente a la alemana Claudia Porwik, 89ª jugadora mundial, por 6-2 y 1-0. Mientras corría para intentar devolver una dejada cayó en mala postura y rápidamente se dirigió a su silla para colocarse hielo en el tobillo. Sin embargo no pudo recuperarse y debió ser retirada de la pista en una silla de ruedas.
Según uno de sus representantes, se trata de una lesión grave, pero que no podrá ser evaluada concretamente hasta el examen radiológico que se le va a efectuar en las próximas horas.
La polémica sobre la peligrosidad de la pista aumentó en la misma jornada de ayer al tener que retirarse también en silla de ruedas el australiano Mark Woodfórde. El norteamericano David Wheaton había ganado la primera manga por 6-3, pero perdía la segunda por 5-4 cuando Woodforde se torció un tobillo y debió abandonar.
El alemán Boris Becker criticó duramente la superficie, sticky, sobre la que se juega el Open de Australia, aunque Rob Hannan, un fisioterapeuta que atendió a Woodforde declaró que su lesión fue una casualidad y que podría haberle sucedido en cualquier otra pista. De todas formas, otros jugadores, como Ivan Lendl, cabeza de serie número uno del torneo, la han criticado igualmente al señalar que por su rapidez los cambios de dirección deben ser muy bruscos y pueden provocar lesiones.
Beeker, cabeza de serie número dos, ganó sin problemas al francés Olivier Delaltre (129º jugador mundial), por 6-3, 6-1 y 6-4. También se clasificó fácilmente el sueco Stefan Edberg (número 3), ante el norteamericano Paul Chamberlain (49º mundial), por 6-3, 6-4 y 6-1.
Arantxa Sánchez
Por otra parte, según informa Pedro Hernández, Arantxa Sánchez Vicario, campeona de Roland Garros y cuarta jugadora de la clasificación mundial, considera que la no renovación de su contrato con Juan Núñez, su entrenador en la pasada temporada, ha sido provocada por un engaño y una falta de respeto del chileno. "La semana pasada hablé con Juan por teléfono y me dijo que estaba todo solucionado. Me aseguró que nos veríamos en Tokio para comenzar la temporada y firmar el nuevo contrato".
Arantxa Sánchez Vicario se enteró de la decisión de Juan Núñez a través de una llamada telefónica por parte de la empresa IMG, su representante en el circuito.
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