El Barcelona ganó con gran facilidad y buen juego a los débiles polacos del Lech
El Barcelona consiguió ayer algo que no resulta tan fácil como pudiera imaginarse. Salvó del tedio un partido que estaba predestinado a convertirse en un suplicio para los espectadores a poco que el equipo azulgrana se contagiase del flojo y extraño juego de su rival.El empeño del equipo azulgrana, como suele suceder, cristalizó de una forma que parecía muy estudiada. Aíto García Reneses no dio cabida a las alegrías excesivas e hizo que sus hombres jugasen con seriedad y con claridad de ideas.
Ello originó que el Barcelona no acusase ayer excesivos cambios de ritmo y que fuese dejando sentir el peso de la ley del más fuerte de forma paulatina. Trabajando aspectos que podía haber corrido el peligro de menospreciar como el tiro exterior del Lech Poznan o la necesidad de corregir posiciones defensivas. En la primera parte, por ejemplo, los polacos consiguieron mantener el tipo gracias a sus lanzamientos exteriores. Particularmente Torgowski se convirtió en una amenaza cada vez que engatillaba. Jiménez y Crespo tuvieron muchos problemas con su marcaje pero en la segunda parte, ellos mismos mejoraron este aspecto.
Bajo los tableros, la superioridad de Ferrán, Norris y Wood fue tan abismal que los pivotes del Lech renunciaron prácticamente al forcejeo. Epi pudo permitirse el lujo de fallar sus tres primeros lanzamientos de forma casi consecutiva gracias a que sus compañeros daban opciones a una segunda posesión de la pelota.
Por otra parte, el CAI de Zaragoza venció (88-91) al Caja de Ronda en partido aplazado de Liga.
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