'Chinatown'
22.50 - TVE-2 (26 minutos).
Una trama intrincada y liosa, como corresponde al buen cine negro, género que Roman Polanski homenajea aquí, sin parodiarlo como parodiaba al de terror en El baile de los vampiros o al de aventuras marítimas en Piratas, aunque no por ello despojándolo de un fino, irónico, algo malévolo sentido del humor.
Pero Chinatown está más allá del homenaje que es para convertirse en parte incuestionable de los homenajeados.
Como en los puntales del género, la película escruta constantemente la figura del detective, maravillosamente encarnado por Jack Nicholson -quien estos días dirige e interpreta una secuela de Chinatown-, un personaje que recorre sigiloso los caminos de su laberinto y en todo momento desnuda su psicología al espectador, a empezar por esa ironía indispensable y por esas habilidades inherentes al oficio como la de poner un reloj debajo de un neumático para saber a qué hora partió el coche o la de toser a viva voz en una biblioteca para disimular un capricho poco legal, puro émulo de Bogart de El sueño eterno, que entra en una librería con gafitas de no haber matado nunca una mosca. Como mandan los cánones, encontrará en el sendero pérfido de sus pesquisas la mujer fatal. Faye Dunaway en un papel perverso, y su padre, John Huston, más perverso aún, marcarán un desenlace imprevisto que es la médula de todo el intríngulis y la necesaria moneda para romper las moralidades de la historia, si es que en algún momento la moral asoma la oreja.
Estupenda ambientación, vestuario y fotografía (de John A. Alonzo, aunque empezada por el veteranísimo Stanley Cortez).
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