El fabulador

J. C., Cela hablará esta noche en la Academia Sueca en elogio de la fábula. El fabulador de Mazurca para dos muertos se encontró ayer en Estocolmo por primera vez con su traductor sueco, Knut Ahnlunt, con quien no se había visto nunca. Es tradición que los académicos que conceden el Nobel no vean a cualquiera de los candidatos jamás en su vida hasta que no tienen el galardón. Pero don Canuto, como le ha llamado sin conocerle Cela, conoce al de Iria Flavia como si hubiera estado con él toda la vida. Su casa está llena de recortes que recogen críticas habidas en cualquier parte del mundo ...

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J. C., Cela hablará esta noche en la Academia Sueca en elogio de la fábula. El fabulador de Mazurca para dos muertos se encontró ayer en Estocolmo por primera vez con su traductor sueco, Knut Ahnlunt, con quien no se había visto nunca. Es tradición que los académicos que conceden el Nobel no vean a cualquiera de los candidatos jamás en su vida hasta que no tienen el galardón. Pero don Canuto, como le ha llamado sin conocerle Cela, conoce al de Iria Flavia como si hubiera estado con él toda la vida. Su casa está llena de recortes que recogen críticas habidas en cualquier parte del mundo en torno a la obra de Cela, y él mismo, cuando muestra los ejemplares que traduce del ahora premio Nobel se sorprende de un castellano que parece que han escrito juntos, porque don Canuto parece un español que vive dentro de un libro de Cela. Él ha sido escogido por la Academia Sueca para saludar, en la recepción que esta entidad le brinda a Cela, la obra del autor premiado. Ha sido así porque Ahnlunt, como Cela, es un fabulador que se ha pasado la vida transportando al sueco las fábulas del gallego.

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