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Entrevista:

Rijkaard: Quizá sorprendamos al Real Madrid"

'El tercer holandés' del Milán piensa que su equipo jugará con más coraje que nunca

Pregunta. Dado su carácter pacífico y algo distraído, ¿necesita que los compañeros le chillen en el terreno para despertarle?Respuesta. Ni necesito que me griten, ni que me presten atención especial, ni privilegios. Sólo, que me permitan jugar Lo mío es intentar dar lo mejor de mí en cada partido. Sé que un día salen mejor las cosas que otro, pero siempre dirijo la mirada hacia adelante. Si un día he jugado mal, espero con ganas una nueva ocasión para rectificar. Si lo he hecho bien sé que luego volverá a ser igual de difícil.

P. Sin Gullit y Van Basten ¿ha tenido dificultades en asumir el papel de número uno?

R. No, porque no lo he hecho. Yo me siento como un miembro de un equipo de 11.

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P. Las ausencias han afecta do mucho al Milán, ¿no?

R. Eso, sí. Últimamente, vivimos rodeados de lesiones. No podemos sacar el conjunto titular casi nunca. Hay cambios semana a semana. Cuando ganamos por 5-0 al Madrid, alineamos casi a nuestro mejor once. Desde entonces, una racha negra. A causa de las ausencias, no tenemos la misma confianza. Pero, en fin, podría convertirse en una ventaja. Cuanto más preocupados estemos, más coraje y empeño vamos a poner. Quizá el Madrid piense que somos débiles y le sorprendamos. Intentaremos mostrar que el Milán todavía es el Milán, que aún podemos jugar con agresividad y hacer nuestro juego.

El sistema

P. ¿Pese a las sugerencias de su presidente, Silvio Berlusconi, sobre un cambio de sistema?R. Cuando faltan varios hombres importantes, se tiene que jugar con más atención, con más concentración. Nos basamos en contener el juego en el terreno del rival. Para ello se precisa mucha fuerza y grandes jugadores. Quiero decir que, cuando faltan varios grandes jugadores, la vida es más difícil. Afortunadamente, el sistema del entrenador, Arrigo Sacchi, es muy bueno y funciona sin grandes jugadores.

P. Gullit dice que comprende las dificultades de los nuevos porque se requiere mucha paciencia para asimilar los métodos de Sacchi.

R. Es verdad. Si sacamos a los titulares, somos más fuertes que nuestros rivales y podemos atacarles. Si incorporamos a un jugador nuevo, se adapta fácilmente y el conjunto no resulta afectado. Pero, si hay cuatro o cinco nuevos, siempre habrá dificultades. En definitiva, yo no veo problemas que justifiquen un cambio de sistema.

P. ¿Usted tuvo problemas?

R. Me adapté inmediatamente. Jugamos en Wembley y, luego, con el Eindhoven y el Madrid y ganamos. Jugaba en el centro del campo y a gusto. Las cosas se complicaron y sentí confusión porque hubo muchos lesionados y pasé a la defensa. Tras algunos meses, le dije a Sacchi que prefería jugar en el centro del campo. Desde entonces, todo ha ido bien.

P. ¿Cómo reaccionó Sacchi?

R. No se enfadó. Si dos personas trabajan juntas todos los días, lo mejor es hablar si algo te molesta. Uno tiene que escuchar lo que se dice a su alrededor. Sacchi me escuchó y yo le escuché pedirme jugar unos meses más en la defensa porque no tenía a nadie más.

P. Después de la lesión de Filippo Galli, se especulaba con su retorno a la defensa.

R. No creo que Sacchi considerara seriamente esa posibilidad. Pero yo soy hombre de equipo y jugaré de delantero centro si él lo quiere.

P. ¿Cómo trabaja Sacchi?

R. Es partidario de trabajar muy fuerte. A veces, por la mañana y la tarde. Nos entrenamos mucho y hablamos mucho del sistema. Además del trabajo físico, está el mental.

P. ¿Eso es bueno o malo?

R. Si aprendes, bueno.

P. Los tres holandeses parecen haber sufrido problemas familiares por la adaptación a una vida muy distinta. ¿Han influido en su rendimiento?

R. No lo creo. Personalmente, me he adaptado porque no soy muy exigente ni difícil. Me gusta la vida en Italia. Pero a veces necesito volver a Holanda para ver a mi familia, que es muy importante para mí. Siempre recuerdo que es un honor jugar en Italia y me acordaré de esta etapa con cariño. Al mismo tiempo, pienso que los dos meses y medio que pasé en Lisboa y los tres de Zaragoza me ayudaron a adaptarme rápida mente al Milán. Tengo buenos recuerdos del Zaragoza, una experiencia valiosa. La adaptación ha sido más dificultosa para nuestras esposas, que pasan mucho tiempo solas. Hasta ahora hemos vivido en Castellanza, como Van Basten y algunos más. Pero ahora nos vamos a Milán. Cuando vine, pensé que sería mejor estar en el campo, con paz y tranquilidad, y cerca del centro de entrenamiento de Milanello. Ahora he descubierto que echo de menos el contacto con la gente. Yo había vivido siempre en el centro de Amsterdam. Sigo saliendo mucho. Me encanta el cine... Los pasatiempos son importantes porque pasamos horas y horas entrenándonos y hablando de fútbol. Fuera de ello, lo importante es estar con la familia o los amigos y llevar una vida normal: pasear por la ciudad, vivir su ambiente...

Las figuras

P. ¿Le irrita que, con dos balones de oro, Gullit y Van Basten, sea el tercer holandés?R. No. Cada uno tiene que evaluarse. Gullit y Van Basten son mejores. Además, he de agradecerles mucho. Llegué el tercero y me apoyaron. Cuando ellos juegan bien, me ayudan a jugar bien. Mi obsesión es controlar mi propio nivel y alcanzar el techo de mis posibilidades. No vale la pena mirarse en el espejo de las estrellas. No ambiciono ser una figura, sino parte de un gran conjunto.

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