Aquel "western" tan raro

Vuelve a las reposiciones de los miércoles una de Marlon Brando. Como hace unas semanas -Su excelencia, el embajador- se trata de una de las peores que vimos en su ciclo del pasado año, Sierra prohibida, aquel western tan raro de gringos y mexicanos, tan ascético y pausado.Su rareza viene tanto de la época en que se rodó -mitad de los sesenta- como de su director, Sidney J. Furie, todo delirios de autor, todo planos, encuadres, ángulos exageradísimos -recordemos ese vaso en primer término deformante de la realidad- y pretensiones vanas.

Un director, dicho sea de paso, que acabaría, por ejemplo, rodando hace tres años la cuarta entrega de Supermán, viéndose de esta forma obligado a enviar al garete sus obsesiones artísticas. En lo que respecta a la época, digamos que esa estética algo grotesca y crispada del western conformaría precisamente el spaghetti-western, rápidamente denostado por los puristas pero hoy reivindicado en algunos de sus títulos -los de Leone, sir ir más lejos- con calor y entusiasmo.

No es Sierra prohibida, con todo, título a reinvidicar. Ni a reponer, la verdad, que ninguna falta le hace a nadie. Ni su argumento ni la historia del forajido que pretende reinsertarse en la comunidad y que arde en deseos de crear su propia cuadra de caballos, interesa en absoluto. Acompañan a Marlon Brando en el reparto, Anjanette Comer, John Saxson y Emilio Fernández.