El Ministerio de Cultura niega que destine a Madrid el 53 % de sus inversiones

El subsecretario José Manuel Garrido reconoce que la capital recibe más dinero que el resto de España

El subsecretario del Ministerio de Cultura, José Manuel Garrido, reconoció ayer que las inversiones realizadas en los últimos años por este departamento gubernamental se han localizado preferentemente en Madrid, "pero no alcanzan" advirtió, la proporción del 53% que revela el estudio realizado por el Centre d'Estudis de Planificació (CEP) por encargo del Departamento de Cultura de la Generalitat. "Este informe no refleja la realidad", afirmó Garrido, quien, pese a la contundencia de sus palabras, no aportó ningún dato sobre la distribución territorial de las inversiones de su ministerio.
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El subsecretario del Ministerio de Cultura, José Manuel Garrido, reconoció ayer que las inversiones realizadas en los últimos años por este departamento gubernamental se han localizado preferentemente en Madrid, "pero no alcanzan" advirtió, la proporción del 53% que revela el estudio realizado por el Centre d'Estudis de Planificació (CEP) por encargo del Departamento de Cultura de la Generalitat. "Este informe no refleja la realidad", afirmó Garrido, quien, pese a la contundencia de sus palabras, no aportó ningún dato sobre la distribución territorial de las inversiones de su ministerio.

El estudio, como ya se reconoce en el mismo, analiza únicamente las previsiones de inversión territorializada incluidas en el capítulo VI del presupuesto, mientras que Garrido subrayó que "las relaciones entre el ministerio, la sociedad civil y las restantes instituciones se establecen principalmente a través de los capítulos II, IV y VII". El subsecretario señaló, a modo de ejemplo, que los 3.000 millones de pesetas que el ministerio destinará a la construcción del auditorio de Barcelona se pagarán con cargo al capítulo VII.Este capítulo, explicó Garrido, incluye las transferencias de capital a otras instituciones; el capítulo II alberga los denominados gastos corrientes, que, al contrario de lo que sucede en otros departamentos, que incluyen en este apartado las partidas destinadas al pago de matidas destinadas al pago de materiales de oficina, por ejemplo, el Ministerio de Cultura utiliza para financiar determinadas actuaciones de su acción cultural, como el patrocinio de exposiciones, entre otras; el capítulo IV, por último, incluye las subvenciones otorgadas por el ministerio a las llamadas empresas, entidades y familias sin finalidad de lucro. La crítica que Garrido realiza en relación a la limitación del informe aparece ya recogida en el propio documento del CEP., que advierte que se limita al capítulo VI y que, por tanto, "se trata de una aproximación parcial".

El subsecretario, que no cuestionó la profesionalidad del equipo del CEPal que el ministerio ha encargado también algunos trabajos, opinó que cualquier análisis de la contribución de la Administración del Esta do a los proyectos culturales impulsados por las comunidades autónomas ayuntamientos debía incluir las aportaciones de los distintos órganos de esta Administración y no sólo las del Ministerio de Cultura. El estudio del CEP ya reconocía que en su elaboración no se había tenido en cuenta las inversiones que pudieran haber realizado otros departamentos de la Administración central.

Garrido reconoció, como ya hizo el propio ministro, Jorge Semprún, tras la divulgación del estudio del CEP, que las inversiones del ministerio sé localizan preferentemente en Madrid y anunció que en los próximos años esta tendencia será modificada. El subsecretario advirtió, no obstante, que una parte importante del presupuesto continuará destinándose a Madrid, ciudad en la que están domiciliadas las principales instituciones culturales del Estado.

Documento no vinculante

Un informe interno, realizado por los servicios presupuestarios del ministerio al que ha tenido acceso este diario, señala que el documento utilizado por el CEP como base de su estudio .parece haber sido el Anexo de Inversiones Reales". Este documento, como los restantes anexos del presupuesto que se remiten al Congreso, tiene un carácter "aclaratorio, pero no vinculante. Por tanto, puede modificarse a lo largo del año".

El hecho de que el estudio se límite al capítulo VI supone una deficiencia importante, en opinión de los expertos del ministerio. "No es cierto, como afirman los autores del estudio, que sólo el capítulo VI recoja dotaciones destinadas a obras, construcciones, edificaciones, adquisición de maquinaria y equipo. Los gastos correspondientes al capítulo VII tienen el mismo sentido, con la única diferencia de que es un agente distinto al propio ministerio el que gestiona el proyecto de obra, la adquisición de maquinaria y equipo, etcétera".

La comparación entre las inversiones que se realizan en Madrid y el resto de España tomando como base las partidas destinadas a un proyecto concreto, es decir, las partidas territorializadas, y no la cifra total de inversiones del ministerio "adolece de algunos inconvenientes", según señala el informe ministerial.

El primero de ellos viene dado por el hecho de que "los criterios de elaboración del Anexo de Inversiones Reales han ido variando y, como ya observan los autores del estudio, en 1988 sólo un 50%, aproximadamente, del capítulo VI aparece distribuido territorialmente". "Progresivamente", añade el informe del ministerio, "se han ido territorializ ando solo los grandes proyectos individualizados, que corresponden a las grandes instituciones de ámbito nacional: Museo del Prado, Biblioteca Nacional, Centro de Arte Reina Sofia, Auditorio Nacional, Teatro Real, etcétera. En cambio, el resto de inversiones de cuya ejecución es competente el ministerio, como la red de archivos estatales, red de museos, red de bibliotecas, red de teatros, intervenciones del Instituto de Conservación y Restauración de Bienes Culturales, entre otros, aparecen cada vez más desagregados en los anexos que acompañan el presupuesto". "Con todos estos condicionantes", concluye el informe ministerial, "la afirmación de que el porcentaje de la previsión de inversión territorializada destinado a Madrid ha ido creciento hasta alcanzar el 80% en 1988 resulta, cuando menos, falto de significación".

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