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'DOPING'

Johnson dice que mintió porque sentía vergüenza de sí mismo

Ana Alfageme

El atleta canadiense Ben Johnson mintió tras los Juegos Olímpicos de Seúl 88 diciendo que nunca había tomado drogas ilegales conscientemente porque el resultado del análisis practicado durante la competición fue una vergüenza para sí mismo, su familia y su país y se sintió confundido. Esta fue la declaración que realizó ayer ante la comisión Dubin que la Administración de Canadá está llevando a cabo para determinar el consumo de drogas ilegales entre sus deportistas.

Johnson, el hombre más rápido del mundo, a quien le fue retirada su medalla de campeón olímpico de los 100 metros después de que se descubriese en su orina el esteroide stanozolol, manifestó ayer, inmediatamente después de explicar el porqué de su mentira, que, si volvía a competir, volvería a ser el hombre más rápido del mundo sin tomar esteroides. El corredor afirmó que quería volver a vestir la camiseta de su país, Canadá, y que quería estar en Barcelona en los Juegos de 1992. Después, muy afectado, rompió a llorar.El atleta contestó así a las últimas cuestiones que el consejero de la comisión, Bob Armstrong, le realizó al final de la sesión de la mañana de ayer. Armstrong le preguntó por qué había mentido. En varias ocasiones Johnson había asegurado a los medios de comunicación que no había consumido ninguna droga prohibida, al menos conscientemente. Fue entonces cuando Johnson dijo textualmente: "Mentí porque era una vergüenza para mí, mi familia, mis amigos y otros atletas canadienses y para los chicos que me animan. Estaba hecho un lío". "Sé que puedo hacerlo", manifestó sobre la posibilidad de volver a ser el hombre más rápido del mundo, "sin tornar esteroides".

El abogado del atleta, Edward Futerman, subió al estrado y canalizó el aparente arrepentimiento de Johnson recordándole los miles de seguidores -sobre todo, niños- que Big Ben tiene por todo el mundo. Johnson concluyó recomendando a los deportistas que no tomen drogas. "Que no les pase como a mí. He estado ahí y sé lo que es romper las reglas", expuso. Corno colofón a la corta e intensa sesión de confesión pública que la comisión Dubin vivió ayer, Johnson hizo votos para que todos los deportistas y todas las naciones compitan de manera limpia, sin tomar drogas.

Francis y Astaphan

La sesión de la tarde transcurrió con las preguntas de los abogados de Charlie Francis y Jamie Astaphan, el entrenador y el médico, respectivamente, de Johnson. Ambos trataron de glosar los beneficios que el trato de sus defendidos habían aportado al atleta: cómo habían cuidado de sus intereses y no habían estado, sin embargo, interesados en enriquecerse a costa del invencible Johnson.La segunda jornada, y última, de la comparecencia de Johnson ante la comisión, que constituye el 622 testimonio que el organismo escucha, se clausuró con una alocución del propio Dubin, quien volvió a referirse a los seguidores del atleta y a quienes hasta ahora le habían creído inocente tras las repetidas aseveraciones suyas, sobre todo a su regreso de Seúl, en septiembre de

1988. En aquellos días, recordó el juez Dubin, se habló de sabotaje y el mismo atleta, retirado hasta 1990 de las competiciones internacionales, pidió una investigación para aclarar los hechos, sabiendo que estaba incurriendo en una mentirá. El magistrado dio por concluido su tirón de orejas a Johnson suponiendo que éste querría en el futuro "ser un ejemplo para los jóvenes", Dubin recomendó a Johnson que tratase de hacer las cosas por sí mismo sin necesidad de romper las reglas.

Concluida la sesión, Gloria, la madre del atleta, manifestó que se sentía muy bien y Futerman manifestó que se alegraba de que Johnson hubiera tenido el coraje suficiente para decir la verdad, toda la verdad.

Johnson, otra vez vestido con un traje, no con chándales, no contestó a las preguntas de qué pasó en los Juegos Olímpicos de Seúl y por qué su test de doping resultó positivo. Según declaró ayer, recibió la última inyección el 28 de agosto de 1988 y estaba compuesta por vitamina B-12-inoxina y estrabol. La prueba, sin embargo, detectó otro compuesto, stanozolol, un esteroide anabolizante.

En la jornada del pasado lunes, Johnson reconoció haber estado tomando anabolizantes desde 1981, aunque manifestó que había descubierto el producto del que se trataba en 1983. Había tomado las drogas por indicación de su médico y su entrenador, según declaró.

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Sobre la firma

Ana Alfageme
Es reportera de El País Semanal. Sus intereses profesionales giran en torno a los derechos sociales, la salud, el feminismo y la cultura. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS, donde ha sido redactora jefa de Madrid, Proyectos Especiales y Redes Sociales. Ejerció como médica antes de ingresar en el Máster de Periodismo de la UAM y EL PAÍS.

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