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El Atlético 'perdonó' al Athletic en el segundo tiempo

Santiago Segurola

El Atlético de Madrid se personó en la catedral con casi todas las virtudes que adornan a los buenos equipos de fútbol, pero su inventario presentó el hueco que marca la diferencia: el instinto criminal. En un partido que en algunos instantes se anunció memorable, el equipo de Addison se adelantó, aguantó la tormenta bilbaína y se creció en el segundo período, cuando el Athlétic caía por la erosión de un esfuerzo tremendo. Toda esta solidez no se concretó en el marcador. El Atlético de Madrid careció del poder de decisión, de la capacidad para derrumbar a un adversario que suplicaba el final del partido. Incluso cuando no estuvo en su mano, el Atlético de Madrid estuvo huérfano de ayuda en el área. En el último minuto, Andújar, que había cumplido un buen arbitraje, ignoró una mano meridiana de Andrinúa en el área bilbaína.Los dos equipos fueron fieles a su historia, por lo menos mientras sostuvieron sus reservas físicas. Los bilbaínos decidieron que el partido debía ganarse al asalto, físicamente. El Atlético de Madrid instaló su estrategia sobre el poder de su contragolpe. Decantado sobre estas bases, el encuentro ofreció instantes excepcionales en la primera mitad. Entonces, el fútbol apareció con toda su ,grandeza. La belleza se reflejaba en las escapadas poderosas del novato Estíbariz, en la concentración de Andrinúa y en la habilidad eléctrica de Futre. Por opuestos que fueran, los conceptos se manifestaban con solidez y carácter, como se vio en los dos goles del partido.

En el primero, Futre se hizo gas en una carrera espléndida por la. banda izquierda. La defensa bilbaína, muy adelantada tras una jugada de ataque, quedó a merced de la velocidad del. portugués, que llegó hasta la línea de fondo y envió raso a Baltazar, solo frente a la cueva.

El Athléfic respondió con un juego veloz, trepidante en los últimos metros. Las recuperaciones de balón eran continuas, en cualquier parcela, incluso en las posiciones más desfavorables. En una de estas ocasiones impensables Estíbariz perdió, luchó, y terminó por rescatar un balón junto al banderín. El joven aprendiz cedió el balón hacia atrás, donde apareció Salinas, que envió una banana mortal hacia la cabeza de Uralde.

El delirio en la catedral se acompañó de unos minutos extraordinariamente intensos. Ante la sorpresa general, el Athlétic comenzó a hilar unas combinaciones de vértigo, con el balón casi siempre sobre el piso. La marea culminó mediada la primera parte con un remate al poste de Mendiguren. Pese a la tromba, el Atlético de Madrid no se retiró a su área. Cada una de sus escapadas amenazaba la portería de Biurrun. Esta estrategia de disuasión obligó al Athlétic a trabajar por todo el campo, y, por último, a desfondarse en su inútil intento de tramar el juego, las carreras y la vigilancia a los rápidos delanteros de Addison.

Como se anunciaba, el Athlétic sufrió una erosión brutal en la segunda parte. Garitano y Salinas recién salidos de sus lesiones, se debilitaban por momentos, y la banda derecha perdió finalmente toda su potencia, huérfana de balones. Las circunstancias se ofrecieron desde entonces favorables al Atlético de Madrid, a pesar del hueco que presentó su banda derecha tras la lesión de Torrecilla. Esta ausencia estuvo paliada por el espacio que encontraron Marina, Manolo y Futre para bordar la madeja.

La pelota se volvió con soltura ante el cansancio de los bilbaínos, que padecieron las ráfagas vibrantes de Futre por las bandas. En una de sus cabalgadas, el portugués se adelantó de nuevo hasta la línea y brindó el regalo a Baltazar, que, siempre tan atento a las enseñanzas de la Biblia, mostró la virtud de la compasión. Solo ante el portero, envió fuera. De todos los piadosos, el más impensado fue Baltazar.

La oposición a Gil

Por otro lado, un numeroso grupo de socios del Atlético se reunió ayer en un restaurante madrileño para diseñar una estrategia de oposición al actual presidente del club, Jesús Gil. A la reunión asistieron, entre otros, Vicente Calderón -hijo del fallecido ex presidente del club-; ex directivos como Víctor Martínez, Javier Castedo, Ángel Limón y Mariano Campo; uno de los precandidatos en las últimas elecciones, Manuel Herrero, y ex jugadores como Gárate y Navarro. En una primera declaración de intenciones, este grupo anuncia que su primer objetivo será acudir a la subasta de los trofeos y otros bienes del. Atlético, que se celebrará el próximo 16 de marzo por impagos a la Seguridad Social.

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