Rudolf Nureyev,
el bailarín de origen ruso de 50 años, acaba de comprar tres míticas y pequeñas islas en el golfo de Nápoles. El bailarín consiguió arrebatárselas a los magnates italianos Gianni Agnelli, Silvio Berlusconi, que también estaban interesados en la compra. Nureyev, según su agente, Luigi Pignotti, se enamoró perdidamente de las islas y no quiso saber nada de sus competidores. El bailarín, famoso por sus piruetas y por su aspecto de niño malcriado, pagó por ellas 360 millones de pesetas. Nureyev hereda las tres islas de la familia de otro grande de la danza de este siglo, Leonid Massine. Desde esas islas, según La Odisea, las sirenas encantaron e hicieron enloquecer a Ulises. "No enloquecerán al bailarín, pero es seguro que lo tienen encantado", concluyó Pignotti.
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