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Dos españoles del equipo Prosegur-El Globo llevan cuatro días perdidos en el desierto del Sáhara

Los españoles Jorge Juste y Horacio Sainz (Range Rover) del equipo Prosegur-El Globo, llevan cuatro días perdidos en el desierto del Sáhara en Mali. Juste y Sainz no lograron llegar el sábado al final de la etapa del Rally París-Dakar entre Lemjebir y Tombuctú. Las señales de su radio-baliza sólo pudieron ser detectadas anoche, a unos 350 kilómetros al noreste de esta última ciudad, y hoy por la mañana dos aviones los buscarán. El francés Jean, Claude Huger, el motociclista que entró en coma el domingo tras una caída, falleció ayer. Es la cuarta víctima mortal de esta edición.

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Juste y Sainz tuvieron el último contacto con los restantes participantes españoles en Lemjebir. Al no llegar a Tombuctú, Sirio Sainz y el periodista Luis Fidalgo, del vehículo de seguimiento del equipo Prosegur-El Globo los buscaron en vano recorriendo la etapa a la inversa. Los aviones de rescate, a los que se solicitó ayuda, no pudieron despegar al desatarse una tormenta de arena.René Metge, el responsable de la organización del Rally París-Dakar, comentó ayer su preocupación por Juste y Sainz. Según él, cuatro coches y dos aviones estaban destinados a su rescate. La organización del rally está habituada a estos problemas, pero los cuatro días transcurridos convertían la situación en "preocupante", expuso Metge. Dos de las menos pesimistas de las explicaciones posibles eran que los españoles estuvieran intentando solucionar algún problema mecánico de su vehículo o que se les hubiera estropeado la radio-baliza que, obligatoriamente, llevan todos los participantes y que emite una señal durante siete días que es captada por los servicios de rescate (además, llevan dos bengalas de localización, dos botes de humo de colores, un espejo, un código de señales -para dibujarlo, en su caso, en el suelo-, una brújula, una ración energética -cacahuetes, almendras...-, una reserva de agua de cinco litros por piloto hasta Agadez y luego un mínimo de tres litros, un encendedor, un mapa general de África y una sábana de aluminio por piloto de 2 X 1 metros que refleja la luz solar para la búsqueda aérea).

Por fin, las señales

Anoche, por fin, se detectaron las señales de la radio-baliza, a unos 350 kilómetros al noreste de Tombuctú, y estaba previsto que hoy por la mañana, temprano, dos aviones emprendieran la búsqueda, según dijo el jefe de comunicaciones, Christian Boudas. Antes se habían producido algunas informaciones confusas, una de las cuales, transmitida por Francisco Peña, enviado especial de Radio Nacional de España, situaba a Juste y Saiñz en Nuakchot.

De Lemjebir a Tombuctú se atravesó en línea recta el desierto del Sáhara en Mali. Los problemas de orientación no fueron excesivos, pero las dunas de arena blanda, según los participantes consultados, podían provocar alguna equivocación en la ruta a seguir, lo que llevaría, consigo una desviación de kilómetros respecto al trayecto correcto. Ninguno de los otros corredores había visto a Juste y Sainz y el camión escoba, que cierra la carrera recogiendo a los equipos que han tenido algún tipo de problemas, tampoco había entrado en contacto con ellos.

La coordinación entre los organizadores también falló en esta ocasión. Así, en la sede central de París, un portavoz dijo ayer por la tarde que Juste y Sainz habían abandonado y que, siguiendo las reglas de la prueba, la organización se desentendía de ellos". "No puede haber un error", dijo, "porque en el parte oficial consta que han entregado la tarjeta de participantes. Desde ese momento se considera que han abandonado". Por la noche, otro portavoz rectificó al informar que se habían detectado las señales de su radio-baliza.

Salvador Cañellas, un veterano del rally y que abandonó en los primeros días en África, aseguró ayer: "La organización no te deja nunca tirado, aunque puedes estar perdido cuatro o cinco días". Al inscribirse, cada equipo deposita casi 200.000 pesetas de fianza "por si la organización ha de preparar una expedición que salga en su búsqueda".

24 muertos en total

Por otro lado, ayer falleció el motociclista francés Jean Claude Huger, que sufrió una grave caída el pasado domingo. Huger, que se rompió la columna vertebral, entró en estado de coma profundo y, pese a ser trasladado a un hospital de París, no logró recuperar el conocimiento. Huger formaba parte de la escolta personal del presidente Frangois Mitterrand y participaba en un equipo patrocinado por la policía de su país. Huger es la cuarta víctima mortal de esta edición y eleva a 24 los fallecimientos en los diez años del rally.

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