El Spórting no planteó esta vez problemas al Barcelona

El Spórting no supo aprovechar los defectos de un equipo que está en fase de liquidación por reformas y cuyos componentes se resisten a entrar en los escaparates del fútbol español con la etiqueta de saldos. El Barcelona venció con todo merecimiento, pero sigue sin convencer a sus socios, que ayer tampoco acudieron al Camp Nou porque, en su inmensa mayoría, prefirieron ir a las rebajas de los grandes almacenes y, además, tenían el señuelo de la televisión.

Curiosamente, Luis Aragonés, técnico azulgrana, confeccionó una alineación casi de rebajas, en la que figuraban dos hombres semimarginados desde que se inició la temporada. Y, curiosamente, tanto Pedraza como Clos -no lo quiso ni el Valencia- dieron un aire más combativo a este Barga, que se permite el lujo de dejar en el banquillo a uno de sus fichajes millonarios, el inglés Gary Lineker.

El Barça dio la impresión ayer de ser un enfermo que reacciona al tratamiento de choque, que mantiene sus constantes vitales, pero sigue teniendo en vilo a sus médicos y familiares.

Y es que enfrente tuvo a un rival endeble, muy diferente al de la anterior temporada -venció por 4-0-, que se limitó a defenderse con más voluntad que acierto y cuyo único objetivo era mantener el empate inicial.

Ante tantas facilidades, al Barça no le quedó otra opción que llevar la iniciativa. No perdió jamás el control del partido e incluso realizó en algunas ocasiones un fútbol vistoso que engañó a un público sediento de él, pero que no pasó de ser un espejismo. A pesar de todo, superó con claridad a un Spórting lento de reflejos y carente de ambición que sólo gozó de una oportunidad, en un balón que recogió Eloy y que Zubizarreta despejó, adelantándose a su acción.

Por el contrario, el equipo azulgrana pudo haber micrementado el marcador de no haber defendido la meta del Spórting de Gijón un hombre llamado Ablanedo II, de categoría indiscutible.