El Castilla logró un desenlace feliz ante el Athlétic

El Castilla logró un desenlace feliz. Los movimientos y visión de juego de Aragón, Vilchez y Aldana no se merecieron otro resultado que la victoria. Ésta, al final, dejó satisfechos a jugadores y afición porque el Castilla fue el equipo que más buscó los goles y, sobre todo, puso los toques de calidad. El Athlétic no se entregó sobre el campo pero tampoco regaló los goles, de impecable ejecución.El Athlétic nunca puso en aprietos al Castilla porque nadie en su equipo mandó ni paró el balón. Faltó concentración en los jugadores vascos pues aparentemente, no estuvieron motivados pese a que se enfrentaron a un rival que ya les eliminó en una edición copera.

Cuando el Athlétic quiso jugar marcó pronto el gol del empate en una de las pocas jugadas coherentes que realizó; después volvió a situarse en desventaja en el marcador y ya le faltó tiempo para reaccionar.

De esta falta de motivación se aprovechó el Castilla, y sobre todo sus líderes, que se pudieron mover con comodidad hasta su llegada al área, donde se encontraron los tres centrales vascos. Allí el Athlétic sí jugó serio y porque Aragón, con pases largos, Aldana, con el balón controlado, y Vilchez, con su sabiduría, fueron capaces de crear ocasiones de gol, hicieron merecedores a su equipo de la victoria.

Vicente del Bosque, entrenador del Castilla, también tuvo su parte de mérito en el resultado. El partido estaba empatado a un gol, el Athlétic controlaba, y retiró a un defensa para situar sobre el campo a un jugador capaz de alborotar el más estricto sistema defensivo: Santi. Poco pudieron hacer los centrales del Athlétic para frenar a un chaval que se iba con facilidad por la banda hasta la línea de fondo. Desmoronó el rigor de la retaguardia vasca hasta el extremo que, en los tres minutos que quedaban de partido tras el 2-1, más cerca estuvo el Castilla de lograr un resultado más que esperanzador para el partido de vuelta, que el Athlétic de volver a empatar.