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12-O

Si el presidente González no consiguió desfranquizar el Azor por el procedimiento de navegar en él, los ilustres padres democráticos de la patria que han decidido que el 12 de octubre sea fiesta nacional no han conseguido disimular el carácter imperialista, chulesco, majadero e impresentable de la Fiesta de la Raza. Que un aventurero genovés, una reina que llevó durante 20 años la misma camisa y unos cuantos echaos palante de la provincia de Huelva se fueran a hacer las Américas no es motivo para que la conciencia de los españoles quede hipotecada para siempre por tan pintoresco enredo. Está demostrado que los asiáticos hicieron lo mismo en sentido contrario y no han exhibido nunca esta recta ética. La diferencia entre los asiáticos y los europeos en relación con el llamado descubrimiento de América es que hasta hace poco los asiáticos estaban obligados a leer la historia tal como la escribían los europeos.Por una parte la historia escrita por patriotas y por otra los juegos florales han conseguido que fechas como el 12-O enorgullezcan a alguien, incluso a personajes que en el pasado denunciaron la maldad intrínseca del imperialismo y ahora se reconcilian con el imperialismo español por la vía del pasodoble. Otra cosa es que nos admiremos del valor personal, nunca el moral, de algunos conquistadores. Pero no por eso declaramos día de fiesta nacional el aniversario del nacimiento de Cabeza de Vaca o de Orellana o de Lope de Aguirre, por citar sólo un tríptico de civilizadores, equivalente a cualquier otro tríptico aportado por el imperialismo británico, francés, mongol, árabe o malayo, La rapiña es inmoral, practíquela quien la practique. No es que proponga ahora pedir perdón a los mapuches, quechuas o mayas por haberles robado los puntos cardinales y haberles dejado en manos de los criollos, que también a ésos hay que echarles de comer aparte. Sólo pido un discreto, prudente silencio histórico y a lo sumo que en el 12-O arrojemos un ramito de siemprevivas al océano. A qué oceáno no importa.

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