Una joven, lesionada en la espalda en el tobogán de la piscina de La Elipa
Inmaculada Arellano Real, de 29 años, resultó con dos vértebras lesionadas el martes pasado al ser alcanzada por otro bañista cuando se deslizaba por el tobogán acuático del polideportivo de La Elipa.
Según la versión de la joven, actualmente internada en el hospital Gregorio Marañón, se quedó detenida en un punto avanzado del recorrido a causa del caudal insuficiente del agua, momento en que la embistió otro joven, Guillermo Jimeno, que no pudo evitar el choque, ya que Inmaculada estaba detenida a la salida de la última curva. Inmaculada afirma, lo mismo que Guillermo, que en la parte superior del tobogán no estaba la persona encargada de regular la bajada de los bañistas.
Responsables del polideportivo manifestaron, sin embargo, que el caudal de agua no puede variar y que en el momento de los hechos había un cuidador al principio de cada uno de los dos toboganes, tal como es preceptivo.
"Ya en la primera curva iba muy despacio, y al llegar a la segunda me quedaba frenada, porque había muy poca agua", relata Inmaculada. "Intenté darme impulso y sentí que bajaba alguien. Vi que era un chico mayor y él me vio al salir de la curva y dijo al que venía detrás de él: '¡Para, para!'. Sentí un golpe muy fuerte en la espalda y no podía casi respirar del dolor, y del impulso recorrí el resto del tobogán como pude y caí al agua".
"La chica salió de la piscina encogida y se tumbó en el borde", dice Jimeno, "y entonces la atendió el socorrista. No querían llevarla al botiquín en camilla para que la gente no se alarmara, pero tanto yo como mi primo José Alfonso, que era el que venía detrás de mí, insistimos en que si tenía algo de espalda era peligroso, y trajeron la camilla".
Caudal de agua
Guillermo Jimeno insistió en que el caudal de agua era excesivo cuando empezó su descenso y "muy escaso" cuando ya los tres jóvenes estaban parados, "unos 25 centímetros de ancho por 5 de profundidad". Según Jimeno, que frecuenta esa instalación, lo normal es que el caudal sea intermedio entre esos dos extremos, lo que impide tanto una velocidad excesiva como el frenado. Rafael Gil, responsable de las instalaciones en ausencia del director, Tomás González Llorente, aseguró que siempre hay una persona regulando la entrada de los bañistas y que el flujo de agua es constante cuando el circuito está en funcionamiento. "O hay agua o no hay, pero no puede variar", señaló.
Por su parte, Julián Casado, responsable de medicina de empresa del Instituto Municipal de Deportes (IMD), entidad de la que depende el polideportivo de La Elipa, afirma que, según le manifestó Isabel Rodríguez, ATS que se entrevistó con Inmaculada en el hospital, ésta reconoció que se había parado voluntariamente en el tobogán para vigilar a dos niños a los que acompañaba.
En cuanto al cumplimiento de las medidas de seguridad, Casado se remitió a la versión recibida por él de Rafael Gil, y según la cual en el momento del accidente estaban de vigilancia tres personas.
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