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Luis Solana critica la politización de los sindicatos

El viejo debate de la politización o no de los sindicatos relacionándolo con un nuevo modelo de asociacionismo obrero reapareció en el Seminario sobre Sindicalismo en el siglo XXI que, organizado por la Fundación Largo Caballero, se está celebrando en un hotel sevillano. Luis Solana, destacado socialista, presidente de Telefónica y, según dijo él mismo, militante de UGT, advirtió a los sindicalistas que tenía miedo de que los sindicatos llegaran al año 2000 viviendo de la caridad del Estado. Solana pidió la vuelta al sindicalismo clásico y acusó a los que quieren la politización de las centrales de ser incapaces de conseguir con métodos sindicales sus objetivos.Intelectuales, sindicalistas, empresarios, representantes de la Administración, sociólogos, economistas..., todos están de acuerdo en la teoría. Todos coinciden en la necesidad de transformar los sindicatos para responder al reto de la revolución tecnológica. Están de acuerdo en absorber a una nueva clase obrera. El problema es cómo hacerlo. La cuestión está en aplicar esa teoría.

Fueron las "provocaciones" de Luis Solana -como un sindicalista calificó la intervención del presidente de Telefónica- lo que hizo ver que una cosa era predicar y otra dar trigo. Había empezado Luis Solana en tonos literario-dramáticos. Habló del síndrome Titanic para referirse a la falta de solidaridad de los sindicatos de la clase obrera. Estamos, dijo, en el sálvese quien pueda, y el que no sepa nadar, que hubiera aprendido antes.

Pedía Solana la recuperación de la filosofía de las casas del pueblo y afirmaba que seguían siendo vigentes los postulados entonces defendidos. Los sindicatos, según él, deben ser lo que fueron, mantener sus objetivos aunque cambien sus métodos. Tienen que dar cultura, formación entretenimiento, ocio. Habló después de la inutilidad o inoperancia de la huelga, y dijo que tenía miedo de que sólo la caridad del poder pudiera hacer que los sindicatos llegaran al año 2000.

Se mostró contrario a la politización de los sindicatos porque, dijo, el que lo pretende está demostrando su impotencia para conseguir sus objetivos con métodos sindicales. "Como no pueden desde el sindicato conseguir lo que se proponen, tratan de hacer un partido o una corriente política y conseguir así lo que no consiguen en su propio ámbito". Posteriormente, en el calor del debate, llegaría a afirmar que lo que está en crisis es el sindicalismo, no el modelo político, no los partidos.

Manuel Garnacho, de UGT de construcción, fue el primero que, en tono relajado, habló de las "provocaciones de Luis" (Solana sonreía satisfecho desde su silla) y le recordaba que el sentimiento sindical de algunos destacados socialistas debía, efectivamente, estar en los tuétanos, como había dicho el presidente de Telefónica, pero desgraciadamente en los tuétanos seguía porque nunca se le había dejado salir fuera.

José María Zufiaur, de la ejecutiva de UGT, se limitó a preguntar a Luis Solana, más o menos, en los siguientes términos: "De acuerdo en que tenemos que modernizarnos como sindicato, pero ¿cómo cree el presidente de la mayor empresa pública que debe ser la acción sindical a nivel general? ¿Cómo cree que debe aplicarse la acción sindical en su propia empresa? Ya que el presidente ha hablado de solidaridad, ¿cómo me puede explicar la solidaridad en una empresa como la que él dirige, donde hay una cúpula dirigente con unos privilegios increíbles y frente a un colectivo de unas 5.000 personas, trabajadores de esa empresa, que cobran menos de 37.000 pesetas?

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