Sarah Ferguson,
duquesa de York, va a tomar clases para obtener el título de piloto de aviones. Su esposo, el príncipe Andrés, es piloto de helicópteros de la Marina británica, y tanto el príncipe Carlos, heredero de la Corona, como su padre, el príncipe Felipe, son grandes aficionados a volar. La duquesa declaró antes de su matrimonio: "Quiero volar... Cuando hablo con Andrés de su trabajo quiero-saber de lo que hablo. Volar es su vida, y yo quiero ser parte de su vida". El coste de las lecciones no ha sido revelado, pero se estima en unas 5.000 libras esterlinas (alrededor de un millón de pesetas).
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