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CAMPEONATOS DE EUROPA DE ATLETISMO

La presencia latina

Un hecho insólito se dio en las finales de las pruebas de resistencia de la jornada inaugural del lunes al haberse registrado una masiva presencia de atletas latinos en los primeros puestos de las clasificaciones. Esto vino a demostrar que esta raza está perfectamente dotada para los esfuerzos que requieren gran capacidad aeróbica, lo que indicaría la presencia en sus cuerpos de una musculatura de fibras de contracción lenta, idóneas para este tipo de esfuerzos.En 10.000 metros, tres italianos coparon el podio en una carrera táctica en la que la segunda mitad se corrió en 13.44 minutos. En la maratón, la portuguesa Rosa Mota no necesitó emplearse a fondo ante las ausencias de las noruegas Greta Waitz e Ingrid Kristiansen. Segunda fue otra latina, la italiana Laura Fogli, favorecida por los problemas intestinales sufridos por la holandesa Carla Beurskens, que tuvo que pararse repetidas veces, por lo que bajó del segundo puesto, mantenido durante 30 kilómetros, hasta el séptimo. Y en la prueba de marcha, el triunfo de Mari Cruz Díaz y el quinto de Reyes Sobrino vinieron a redondear una tarde sin precedentes para el atletismo latino.

Es sabido que el tener de nacimiento un gran porcentaje de las llamadas fibras lentas musculares favorece la consecución de buenos registros en las pruebas que requieren esfuerzos prolongados. A tenor de los resultados del lunes, la raza que habita los países del sur de Europa resulta idónea para ello. No han tenido más que entrenarse sus deportistas con intensidad para que salieran a relucir sus condiciones.

Por otra parte, se cumplieron también las predicciones meteorológicas en Stuttgart y se hizo más difícil la consecución de las marcas límite para tener acceso por derecho propio a las finales de jabalina, hombres, y de longitud, mujeres. Una lluvia fina y constante hizo que los atletas extremasen sus precauciones para no hacer lanzamientos nulos y los 79,50 metros de la jabalina se hicieron casi imposibles de alcanzar. Esta temporada se lanza con jabalinas a las que se ha cambiado el centro de gravedad para evitar un planeo largo que ocasionaba que se alcanzasen distancias de más de 90 metros -el récord mundial llegó a ser de 104,80 metros- que hacían pequeños los estadios. Sólo seis atletas pasaron de los 79,50 y fueron repescados otros seis para completar los 12 finalistas.

En longitud, los 6,60 metros los pasaron nueve atletas y tres fueron repescadas, a pesar de contar con viento a favor. Y ayer, con ambiente frío, viento y temprana hora, las clasificaciones continuaron demostrando el excesivo rigor de las mínimas. En pértiga se paró la prueba en 5,50 metros, altura que superaron 10 atletas, sin necesidad de llegar a los 5,60 exigidos, y hubo que repescar incluso a tres más que superaron los 5,40 para completar el cuadro de finalistas. Y en altura femenina no hubo necesidad de que intentaran el 1,91 exigido porque quedaron justo 12 atletas para la final al sobrepasar 1,89.

La lluvia también provocó que se viera un hecho poco común: La británica de origen surafricano Zola Budd corrió con zapatillas para evitar resbalar como le ocurrió en el último Mundial de Cross. El mojado tartán de la pista aconsejaba esa precaución. Zola se clasificó sin gran esfuerzo, gracias a un último kilómetro en 2.49 minutos, para la final de hoy.

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