Presentación en los Mundiales de la candidatura olímpica de Barcelona
El alcalde de Barcelona, Pasqual Maragall, presentó ayer en los Mundiales de Natación la candidatura de la ciudad a los Juegos Olímpicos de Verano de 1992. "Barcelona está apostando por la organización de los Juegos Olímpicos de 1992", manifestó. "Confiamos en que esta vez el Comité Olímpico Internacional sepa reconocer la fidelidad de Barcelona al espíritu olímpico".Según declaró Maragall, "Barcelona lleva 60 años preparándose para ser sede olímpica desde que presentó su candidatura por primera vez, no esperando, sino preparándose para recibir los Juegos". La ciudad catalana ha solicitado la organización de los Juegos en cuatro ocasiones.
El alcalde de Barcelona hizo continuas alusiones a las instalaciones previstas para los Juegos Olímpicos de 1992, acabadas casi en su totalidad, y al apoyo unánime de los diferentes estamentos sociales del Estado.
Maragall se dirigió a los periodistas en inglés y castellano. Durante su exposición, hizo referencia al atentado, que sufrió en Amsterdam la sede del Comité Olímpico Holandés y sobre el tema, en lo que afecta a España, dijo: "Es un problema que puede presentarse en cualquier ciudad importante. Se trata de un fenómeno provocado por una minoría que es contrario al sentir general de la población, y lo mismo ha sucedido en Madrid, París, Amsterdam o Londres. Barcelona es una ciudad segura y ha dado prebas de ello".
La organización de la candidatura olímpica de Barcelona cuenta ya, según su alcalde, con el apoyo de 60.000 voluntarios y ha previsto un costo de 150.000 millones de pesetas. "El dinero que la Administración tendría que gastarse en los Juegos no está por encima de lo que un país moderno invierte en instalaciones deportivas. Además, Barcelona lleva desde 1924 construyendo instalaciones para ser sede olímpica".
Sobre una información publicada por un diario francés que indicaba que el Gobierno español había accedido a apoyar la candidatura olímpica de París a cambio de la ayuda francesa en la lucha antiterrorista, Maragall la definió como "mera especulación".
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