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Los asuntos arbitrales / 1

Luis Gómez

Seleccionar árbitros y tratarlos bien es una práctica que se ha hecho general en el baloncesto. España cuenta con especialistas en este singular ejercicio de geopolítica. El abuso del juego de árbitros ha alcanzado el punto de que todos los clubes lo admiten como irremediable y se cuidan de estar presentes en el reparto de influencias. Si el baloncesto es un deporte en el que los sorteos siempre se hacen por encargo, no es de extrañar que exista el complemento de un servicio de árbitros a la carta.Real Madrid primero, y Barcelona actualmente, han sabido alcanzar una notoriedad europea gracias, entre otras cosas, a contar con una especie de departamento de asuntos arbitrales. El Real Madrid inauguró la moda de los detalles caros, de la recepción formal en el aeropuerto y de la teoría de que "no debe faltar de nada".

Pero, con su progresivo abandono, la influencia madridista ha ido perdiendo peso, mientras que el Barcelona ascendió en el escenario europeo con el fichaje de ex árbitro internacional Carlos Bagué. El club azulgrana también entró en el hábito de los regalos caros, aunque en más de una ocasión advirtió que el encargado de comprarlos se quedaba con un ejemplar. Tan buena era la atención del Barcelona que el pasado año el Licor 43 se quejaba amargamente de que podía perjudicarle. La misma pareja arbitral dirigía el martes al Barcelona en Recopa y el miércoles al Licor 43 en Copa Korac. Y los colegiados pasaban de las atenciones de un club a las del otro la misma noche del martes. El Licor 43 temía que les molestase la diferencia.

Los italianos fueron los introductores de esta política de atenciones. Soviéticos y yugoslavos apenas podían competir, pero utilizaron para ello su influencia política, su peso como selecciones más potentes de Europa. Todas estas experiencias se han puesto al servicio del Mundial español. Carlos Bagué ha sido convenientemente reclutado para la ocasión.

Pero el principal protagonista durante este campeonato es Ángel Sancha, presidente del Colegio Nacional de Árbitros, y un hombre tachado de forma tópica como incombustible. Tan tópica es que él mismo se encarga de airearlo. "Soy el único incombustible" acostumbra a decir en el hall de cualquier hotel mientras hace con su mano izquierda el clásico saludo taurino.

Ángel Sancha cuenta con la oposición de los directivos de la federación y del 100% de los dirigentes de clubes de Primera División. Pero nadie puede con él. Y Ángel Sancha es un excelente narrador de curiosas historias, algunas de las cuales le tienen por protagonista. Sancha contó, con su habitual gracia, a varios directivos del Madrid cómo una decisión suya, conscientemente equivocada, sirvió para que el Joventut le arrebatase un título de Liga. Les contaba cómo, cambiando el sentido de una decisión, logró salir a hombros de la cancha del Estudiantes cuando estaba a punto de ser apedreado. Y el Madrid perdía ese partido crucial.

Ángel Sancha ha sido el gran cerebro de la política de árbitros para este Mundial. Él ha montado la red de atenciones, junto a los mejores especialistas.

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