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El francés Marie y los especialistas contra reloj dominaron el prólogo de la Vuelta Ciclista a España

Los especialistas en etapas cortas contra reloj dominaron el prólogo de la 41ª Vuelta Ciclista a España que comenzó a disputarse con el alivio del final de la huelga de Campsa, que ya no afectará a sus transportes. Los prólogos sólo admiten cuatro tipos de corredores, y cada uno cumplió su cometido. Los favoritos se metieron en un pañuelo, en el que caben los 15 segundos que admiten como máxima diferencia entre sí los que están llamados a disputarse la victoria final. Pedro Delgado entró en ese pañuelo. La etapa fue ganada por el francés Thierry Marie.

Los directores de equipo se pusieron ante el amanecer de un día lluvioso a hacer números. Entre correr casi seis kilómetros con viento o sin él puede haber 15 segundos de diferencia; más cinco de la rueda lenticular, siempre que no pegue el viento de costado, 20 segundos. Demasiados como para regalarlos en un prólogo.La táctica del Teka, qué situó a Dietzen como líder durante dos horas, mantuvo en jaque a otros equipos. El Teka lo que había hecho era situar a sus dos hombres más rápidos al principio y al final en el orden de salida. Se trataba de que uno, Dietzen, marcara un buen tiempo de salida ante la eventualidad de, que el viento arreciase y después fuera ya imposible mejorarlo por los otros corredores. Si, por el contrario, se calmaba, ahí tendría a otro velocista, Jesús Blanco, para luchar en las mismas condiciones que lo harían los favoritos.

Dietzen salió en decimotercer lugar y fue el primer hombre en bajar de los siete minutos. El viento continuó después con la misma intensidad y el hasta entonces líder acabó engullido por los especialistas en cuanto sacaron a relucir sus bicicletas aerodinámicas con ruedas lenticulares. Uno de ellos, Thierry Marie, marcó un tiempo de sensación, a una media de 50,9 kilómetros por hora y con viento. Peiper e Indurain también se jugaron, y aprovecharon, sus bazas. La oportunidad de subir al podio era en ese momento o nunca, y se entregaron al máximo. Los especialistas habían cumplido.

Las figuras

Llegó a continuación el grupo de las figuras, donde no se podía conceder más de 15 segundos de diferencia entre ellos. Todos, como los anteriores, llegaban sudorosos a la salida. El calentamiento había sido fuerte. Cabeza abajo, ritmo, fuera tensión y a vivir siete minutos angustiosos. En la contra reloj sólo se desea escuchar el "bien, bien" del director de equipo que va atrás en un coche. Entonces es que las cosas marchan bien y el pedaleo es vivo y constante. El final se les hace angustioso porque estos hombres, acostumbrados al máximo esfuerzo, parecen soportar todo menos el correr a muerte.

Millar, Cabestany, Kelly, Recio, Fignon, Blanco, todos fueron llegando, más o menos según sus previsiones. Faltaba Pedro Delgado. Habían sido 169 minutos de espera para que, al final, él pusiera la nota a los demás. Todos sacaron notable. Y tan sobradamente que Delgado se quedó con el aprobado por los pelos. Pero, al menos, todos los cálculos de los directores de equipo se habían cumplido. De salida, nadie había quedado fuera de carrera por un error.

Especialistas y figuras ya habían hecho el esfuerzo. Los otros, el cuarto tipo, excepto una minoría (el tercero) que se sacrifica para mejorar la clasificación por equipos, se limitaron a cumplir el trámite. Salieron a correr, porque les obligan, pero ayer no les tocaba trabajar. Son los gregarios, a quienes en etapas así se les pide que reserven energías para cuando tengan que ayudar al jefe.

Tampoco son tan malos como para que en menos de seis kilómetros el mejor les saque más de un minuto de diferencia. Simplemente se reservan. Entre otras cosas para evitarse la bronca del director de equipo. Que más de uno se puso colorado cuando, en público, su director le recriminó por salir con ruedas lenticulares. El hombre sólo quería evitar ser el último.

Marino Lejarreta y Pello Ruiz Cabestany, los dos líderes del Seat-Orbea, según informa Carmelo Martín, se entrenaron en el punto más alto del país, el Teide (3.715 metros), en Tenerife, para afrontar la Vuelta. Los dos corredores se repusieron, además, en las islas del gasto realizado en la prueba del País Vasco.

Cabestany y Lejarreta han seguido los pasos de atletas españoles como Llopart o Marín, para quienes el Teide es su gimnasio natural predilecto. Esta, vez cambiaron Navacerrada por las faldas del volcán tinerfeño y no se arrepintieron. "Aquí no nos molesta nadie porque no hay sino extranjeros y eso es fundamental para relajarse, ya que nos esperan días de sufrimiento", señaló Cabestany.

Un día en la vida de los dos ciclistas hospedados en el Parador Nacional de Las Cañadas se iniciaba a las ocho de la mañana. De la digestión del desayuno se encargaban los 100 kilómetros que rodaban con sus bicicletas. Luego llegaba el almuerzo y el descanso. A menudo, tras la merienda, recorrían unos kilómetros para estirar las piernas. "Al principio era un poco duro, nos costaba respirar porque no bajamos nunca de la cota de los 1.900 metros, pero el metabolismo se ha acostumbrado y ya nos sentimos mejor, lástima que hayan sido tan pocos días", afirmó Lejarreta.

La Vuelta más dura

En opinión de ambos, el Seat Orbea "está reforzado con respecto al año pasado porque hay calidad en sus componentes y conciencia de la responsabilidad individual"."Será la Vuelta a España más dura de la historia", según el ciclista de San Sebastián. Para Pello, y también para Marino los dos retos difíciles de resolver serán la semana de Asturias y Sierra Nevada. Quizá porque sabían lo que les aguarda, comentaban con satisfacción que se dejaron la piel en la atormentada orografía del Teide. "Terminamos fatigados, pero es una maravilla porque no hay contaminación acústica ni ambiental", resaltó Lejarreta.

Cabestany confesó que a él le sobran energías para leer o rellenar algún crucigrama, le interesa todo tipo de literatura, pero antes de una prueba de elite prefiere obras amenas para relajarse, como el libro que se llevó a Tenerife, Mi familia y otros animales.

Clasificación

Etapa prólogo (5,7 kilómetros contra reloj): 1. Thierry Marie (Pegaso), 6.43. minutos. 2. Alan Peiper (Panasonic), a 6 segundos. 3. Mikel Indurain (Reynolds), a 7. 4. Alain Bondue (Pegaso), a 10. 5. Laurent Fignon (Pegaso), a 11. 6. Jesús Blanco (Teka), a 11. 7. Sean Kelly (Kas), a 12. 8. José Recio (Kehne), a 14. 9. Charles Mottet (Pegaso), a 14. 10. Jean-Luc Vandenbroucke (Kas), a 14. 11. Pello Ruiz Cabestany (Seat-Orbea), a 14. 12. Raymund DietZen (Teka), a 15. 13. Álvaro Pino (Zor), a 15. Pedro Delgado (PDM), a 25.

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