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Crítica:VISTO / OÍDO
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Una mujer de pueblo

Alguna persona logra comportarse, de vez en cuando, ante la cámara electrónica como es -casi-en la vida real, sin sonrisas falsas ni disimulos, sin necesidad de componer el gesto ni la sonrisa, de una manera directa, ajena a cualquier clase de tapujos. En el programa de Montserrat Roig Búscate tu vida , los entrevistados son personas corrientes y molientes, que tienen profesiones poco consideradas por la sociedad.El último programa de esta serie presentó, precisamente, a una jornalera del pueblo andaluz de Marinaleda, Antonia Reyes, una mujer de 22 años, con una enorme sencillez y un encanto que nacía, lo pudimos comprobar, de unas convicciones muy hondas unidas a un sentido de la solidaridad con sus paisanos realmente fuera de lo común. No necesitamos estar de acuerdo con las acciones políticas de los habitantes de esa localidad para admirar su coherencia y advertir la fuerza que les anima. Antonia Reyes, una representante muy cualificada de esa colectividad, era capaz de hablar ante los micrófonos y las cámaras con la tranquila seguridad que surgía de ella misma y le permitía ser sincera -qué difícil y rara es esa suprema cualidad en el medio electrónico- y manifestarse como sentía, sin necesidad de recurrir a disfraces ni disimulos.

No se trata de valorar, sistemáticamente, al uomo qualunque, esa criatura cualquiera y anónima que, alguna vez, podemos contemplar en algún programa que otro (aun que no sea la norma, sino la excepción). Porque hay que saber comprender cuándo un ser humano excepcional logra traspasar las barreras de la técnica y de la costumbre. Desde que Mercedes Milá entrevistó, hace algunos años, a una monja carmelita, yo no había sentido una impresión análoga de fuerza moral, dignidad y expresividad en televisión. Antonia Reyes no pretendía darnos una lección de nada, sino ser ella misma, pero creo que logró transmitirnos, sobre todo, la suprema enseñanza de su realidad, de su tranquila serenidad, sin angustias ni equívocos Montserrat Roig estuvo casi asombrada ante el despliegue de naturalidad, el rechazo firme del consumismo y la fuerza invencible de la mujer que hablaba con ella. El programa, desde luego, pierde muchas cualidades cuando se encierra en el estudio (especialmente al recurrir a esas odiosas y antiestéticas sobreimpresiones de dos caras en el mismo cuadro) frente al prólogo y al epílogo, rodados en exteriores naturales.

Como entrevistadora, a veces, Montserrat Roig no puede reprimir la pretensión de estar por encima de las personas que acuden a su llamada pero, en esta ocasión, no había duda, era Antonia Reyes, la humilde jornalera, quien estaba a muchos codos por encima de ella y de todos nosotros. Ante los constantes asesinatos del idioma, perpetrados día a día, sin el menor pudor, la lengua directa y viva de esta mujer joven, su inmediatez y expresividad constituían un verdadero hallazgo, que ojalá se prodigue más veces, para nuestra fortuna. Se puede ser sencilla y no presumir de poseer una cultura exquisita y, sin embargo, hablar como se debe hablar, clara, serena y bellamente, con fidelidad a las normas que fluyen del pueblo, lejos de las deformaciones y excesos de una cultura urbana que ha dado la espalda, en general, a la autenticidad lingüística. Si este programa continúa así, pese a su ausencia de pretensiones, va a valer la pena seguirlo con atención, semana tras semana.

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