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Torneo de Flushing Meadow

Nystroem se interpuso entre McEnroe y Becker

Alex Martínez Roig

ALEX MARTÍNEZ ROIG ENVIADO ESPECIAL El partido del año, entre el rey John McEnroe y su heredero Boris Becker, deberá esperar a 1986. McEnroe y Becker no se enfrentarán ya este año en uno de los tres torneos realmente importantes del Grand Slam. La miel se ha quedado en los labios de todos. McEnroe cumplió con la letra pequeña de su contrato y se clasificó para los cuartos de final. Pero Becker perdió ante Joakim Nystroem (10), un sueco de 22 años que ya tiene dos hijos, por 6-3, 6-4, 4-6 y 6-4, en dos horas y 40 minutos. Esta vez, en el Open de Esta. dos Unidos, Boris Becker, un tenista contundente, no fue Boom Boom sino bim bim.

El sábado, en el Madison Square Garden, la música latina, la salsa vivió la llamada descarga del año. En el escenario se juntan, para cantar la canción Un verano en Nueva York, la reina Celia Cruz, el rey del timbal, Tito Puente, y el grupo puertorriqueño El gran combo. Fue la apoteosis de la salsa en 1985 Para hoy estaba prevista la descarga del año en el mundo del tenis con John McEnroe y Boris Becker enfrentados en el salva e torneo de Flushing Meadow, el escenario ideal para un recital de los dos jugadores más ofensivos y con más talento del circuito actual. El rey McEnroe ya había anunciado que estaba preparado para luchar por su cetro: "Para mí sería frustrante, que un chico de 17 años fuese el mejor del año, y estoy dispuesto a frenarle". El rey no va a tener que salir de su guarida para defender su trono, porque un miembro de la fría y peligrosa tribu de los suecos se convirtió en un obstáculo insal vable para Becker. El joven alemán occidental estaba demasiado acos tumbrado a guiones dignos de Steven Spielberg, en los que los adolescentes de Greemlins, ET o Goonis, vencen todos los obstáculos y consiguen la felicidad.Joakim Nystroem cumplió a la perfección su papel de aguafiestas. Nadie le había invitado, y él se ha presentado en los cuartos de final sin aviso previo. Becker tiene un juego que le convierte en cataliza dor de emociones, mientras Nystroem tiene vocación de bombero y apagafuegos. Helado como su tierra, Nystroem tiene muchas virtudes, pero poco carisma. Es inteligente, supo jugar sobre el revés de Becker todo el partido, y corrió de un lado a otro de la pista para que el alemán se obsesionase al no poder relajarse en ninguna bola. Este año ha derrotado a McEnroe en Dalias, le forzó a jugar cinco mangas en Roland Garros, y tuvo dos bolas de partido frente a Becker en Wimbledon. "La gente pa recerá decepcionada porque Nystroem ocupa el lugar de Becker", dijo McEnroe. "Pero el sueco es un condenado buen jugador que, además, me va a obligar a lle var todo el peso del partido".

Hay varias razones para explicar la derrota de Boris Becker que ha disminuido los ingresos de la cadena televisiva CBS, del torneo y de los revendedores de entradas La principal quizá sea la psicológica. Becker es un ganador inconscientemente valiente, y en el fondo de su mente ya estaba soñando con ganar a John McEnroe. Boris dijo que no, que sabía que Nystroem iba a ser muy difícil y que sólo pensaba en él. Pero en las dos primeras mangas Becker se comportó como un niño obsesionado con ganar, pero que no piensa en qué táctica utilizar. Becker no era el adolescente retador de Wimbledon que siempre caminaba con paso seguro por la pista. Era un niño caprichoso que se enfadaba porque sus arrasadores golpes no entraban en la pista, y que dejaba escapar unas lágrimas de rabia en la segunda manga cuando fue incapaz de romper el servicio de Nystroem.

Para el sueco, la causa del mal juego de Becker se debía a la presión que le obligaba a garian Boris quizás sufrió por primera vez en su vida y comenzó a ser adulto en la pista de Flushing Meadow. Las razones técnicas también son importantes. A diferencia de Wimbledon, donde los intercambios de golpes son muy rápidos y cortos, la superficie de decoturf de Flushing Meadow permite una mejor defensa de los jugadores menos ofensivos. Esta es la razón de la mayor¡taria presencia de suecos en cuartos de final. En Wimbledon, la hierba impide que la bola bote muy alta, y con golpes tan fuertes como los de Becker sale disparada a ras de suelo. Aquí bota más alta, y permite a jugadores como Nystroem pensar más sus retos y su juego defensivo. La volea del alemán, además, se mostró mucho menos eficaz, al igual que su revés desde el fondo de la pista.

Becker, de hecho, sólo jugó su tenis salvaje en la última manga. Con Nystroem dominándole por 5-3, Becker salvó cuatro bolas de partido dejándose la sangre de sus codos en el suelo, o saltando para golpear una volea alta y de espaldas a la red. En esos momentos, con Becker subiendo a la red con su segundo servicio, para morir matando, quedó claro que el público rugía de emoción en esos cinco minutos más que en toda la carrera del gélido Nystroem. Becker tiene carisma, y, tras salvar una quinta bola de partido con 5-4, lo demostró al no protestar el bote más que dudoso de la pelota que hizo saltar por los aires de alegría al iceberg sueco. Pero éste es sólo el comienzo. El nombre de Becker aún se escribirá muchas veces en la lista de triunfos.

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Sobre la firma

Alex Martínez Roig
Es de Barcelona, donde comenzó en el periodismo en 'El Periódico' y en Radio Barcelona. En EL PAÍS ha sido redactor jefe de Deportes, creador de Tentaciones, subdirector de EPS y profesor de la Escuela. Ha dirigido los contenidos de Canal + y Movistar +. Es presidente no ejecutivo de Morena Films y asesora a Penguin Random House.

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