Beatriz de Borbón,
duquesa de Sevilla, ha decidido proclamar sus aficiones ecologistas. Hasta ahora, la duquesa dejaba boquiabierto al personal cada vez que aparecía en las fiestas de Marbella con sus extravagantes tocados. Por el contrario, la nota más destacada de este verano es que Beatriz no se separa de un cerdito chillón, que acuna en su regazo, saca asiduamente de paseo y no tiene reparos en llevarlo a las fiestas de sociedad. El animal es un regalo de Alfonso de Hohenlohe. Pero son las ranas los animales predilectos de la duquesa. Y para corroborarlo recorre Marbella en bicicleta con un enorme batracio encima de la visera. Como manda la tradición, es verde, aunque de trapo.
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