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Encarcelado en Carabanchel un hombre por el secuestro y desaparición de una mujer

Amelia Castilla

José Joaquín Aroca Alfaroll se encuentra internado en la cárcel de Carabanchel desde el pasado día 1 de abril como supuesto autor de un delito de detención ilegal con desaparición de la persona de Rosa Santos, de 48 años, esposa del propietario de un restaurante chino de Madrid, de la que se ignora su paradero desde el pasado 31 de enero. Concepción Fernández Antas, compañera del detenido y ex empleada del establecimiento, que fue detenida por la policía en relación con el secuestro de Rosa Santos, se encuentra en libertad provisional, según manifestaron ayer fuentes del Juzgado de Instrucción número 2.

Fuentes policiales y judiciales barajan la hipótesis de que Rosa Campos pudiera haber sido asesinada y enterrada en algún lugar desconocido, puesto que no se tiene ninguna noticia de ella desde hace 45 días. Según esta teoría, los secuestradores, al comprobar que la policía tenía conocimiento del hecho, decidieron matarla, al haber fallado dos intentos de entrega del dinero del rescate.Santos, propietaria junto con su marido, Then Paw Jung Kuo, del restaurante Tai Wan, situado en la avenida de América, salió de su domicilio el pasado día 31 de enero en dirección al restaurante, adonde no llegó. Ese mismo día una voz masculina comunicó por teléfono al marido de Rosa que su mujer había sido secuestrada. El anónimo comunicante informó que en una papelera del paseo del Pintor Rosales había una nota para la familia. El comunicado, escrito a mano por la desaparecida, cifraba en 15 millones la cantidad exigida para devolver viva a la mujer, cantidad que fue rebajada a 13 en posteriores llamadas.

Desde los primeros momentos de la desaparición la policía barajó la hipótesis de un secuestro cutre, llevado a cabo por algún despedido o enemigo de los propietarios del restaurante. Así llegó a sospechar de Concepción Fernández, que había trabajado en el establecimiento corno camarera y que había sido despedida hacía un año. Junto con Concepción, que tiene cuatro hijos y que fue detenida en un piso de la madrileña localidad de Alcorcón, fue arrestado su actual compañero, José Joaquín Aroca. Concepción realizó una visita al restaurante días antes de producirse el secuestro de la propietaria.

Una huella en una carta

Los principales indicios contra el detenido son las llamadas telefónicas y cartas recibidas por el marido de Rosa en los días posteriores al hecho, que la policía grabó y guardó. Al parecer, una huella del detenido ha sido encontrada en una de las cartas enviadas a la familia. El juez que instruye las diligencias del caso ha solicitado pruebas periciales sobre las cintas grabadas.

Fuentes del juzgado calificaron ayer el secuestro como una "chapuza, puesto que da la impresión que los secuestradores hicieron todo lo posible para ser descubiertos". Algunas de las llamadas telefónicas fueron efectuadas desde un domicilio particular. Fuentes judiciales precisaron ayer que un delito de detención ilegal con desaparición de la persona secuestrada puede ser castigado con la pena de prisión mayor, aunque no aparezca el cadáver.

Then Paw Jung Kuo, esposo de la secuestrada, que se encontraba muy abatido por todo lo sucedido, precisó ayer que desde hace mes y medio no tiene ninguna noticia de su esposa. Fuentes del juzgado manifestaron que la tensión y desesperación en la :que se encontraba la secuestrada está reflejada en las cartas recibidas por la familia. En las cartas, escritas a mano por la propia desaparecida, la secuestrada pide desesperadamente que se pague el rescate.

La familia intentó en dos ocasiones hacer efectivo el rescate, sin que nadie acudiera a la cita que el anónimo comunicante había concertado. En la primera comunicación la familia fue citada frente al estadio Santiago Bernabeu. La casualidad hizo que muy próximo al lugar donde debía ser depositado el dinero se produjera un socavón donde se instaló una patrulla de la Policía Municipal, hecho que debió alertar a la persona que tenía que recoger el dinero.

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