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El Atlético ganó con comodidad al Barcelona

El Barcelona perdió ayer, en Madrid, su segundo partido de Liga. Más que sus posibilidades de ganar el título, la derrota le significó un borrón parcial en su prestigio. El campeón saldrá de una liguilla final entre los cuatro primeros clasificados de la Liga y es impensable que el Barcelona pueda quedarse fuera del cuarteto de elegidos. A excepción del Atético de Madrid, invicto todavía, los que tengan acceso al play off lo harán con un buen número de derrotas en su haber, según está transcurriendo la temporada.Rico, el portero del Atlético de Madrid, fue el gran protagonista de ayer. Él fue quien convirtió un encuentro tradicionalmente en la cumbre en un partido mas de trámite para su equipo. Después de que sus compañeros lo resolvieran a su favor con cierta comodidad en la segunda mitad del primer tiempo, Rico abortó desde los primeros minutos de la segunda la reacción que intentó el Barcelona. Durante once minutos lo paró todo, a excepción de un lanzamiento de Papitu. Desde los tiros largos de los hombres altos del Barcelona hasta un contragolpe en solitario de Cabanas y un penalti a Melo. Era imposible ganar ayer al Atlético porque Rico, más que inspirado, estuvo sublime.

El Barcelona jugó para ganar. A excepción de esos minutos de la primera parte, en la que se descuidó y permitió al rival adquirir ventaja en el marcador, hizo un juego muy serio en defensa y eficaz, dentro de lo que pudo por tener enfrente a Rico, en ataque. De los 51 lanzamientos a puerta que realizaron los hombres del Atlético de Madrid 11 fueron parados por la línea defensiva. La defensa madrileña, en cambio, solamente paró cuatro remates.

Ambos conjuntos buscaron el contragolpe, como solución más rápida de marcar, a base de trabajar mucho la defensa en la intercepción de balones. Reino y Milián, en este sentido, fueron eficaces traductores de los lanzamientos largos que les hicieron sus compañeros, mientras que, en el Barcelona, Cabanas tuvo auténticas pesadillas, que se convirtieron en indecisión a la hora del remate para evitar el cuerpo, las manos o las piernas de Rico.

El Barcelona tuvo en Papitu su mejor hombre -la temporada pasada jugó cedido en el Leganés- y de él dijo Juan de Dios Román, entrenador del Atlético: "Estamos asistiendo al nacimiento de un jugador sensacional". El Atlético jugó más en conjunto, movió mejor el banquillo y ningún hombre se hizo imprescindible sobre la cancha.

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