Timoner abandonó la pista pidiendo disculpas al público
Los Campeonatos Mundiales de Ciclismo en pista concluyen hoy en el velódromo de Barcelona con las finales de medio fondo tras moto, persecución y velocidad para profesionales. El veterano Guillermo Timoner, como era de esperar, no estará presente en una de esas finales. Se retiró en la serie de repescas a menos de mitad de carrera. Al final pidió disculpas, pero a él su cuerpo le pedía bicicleta y él todavía tiene edad para complacerse. Quien también complació a su cuerpo y al público fue el siete veces campeón mundial de velocidad, el japonés Koichi Nakano, que asombró en las series.
El velódromo barcelonés acarició ayer un nuevo récord de mundo. El danés Hans Henri Orsterd, en la series de persecución, se quedó a 47 centésimas (5.47.21) de la marca establecida por el italiano Francesco Moser en México sobre la distancia de cinco kilómetros. Eliminados los holandeses Knetemann y Oosterbosch, claros favoritos, el ciclista danés cuenta con todas las posibilidades para el triunfo, sobre todo, después de su excepcional crono en los cuartos de final, de 5.45.44., que no es récord del mundo por realizar la prueba con otro competidor.Moser, que estaba presente en aquellos momentos en la pelouse, se quedó asombrado de la rapidez del danés, que de no haber soplado un ligero viento en contra, posiblemente hubiera batido el récord en la primera serie "Este velódromo parece muy rápido", dijo con ironía el campeón italiano mientras deseaba suerte a Guillermo Timoner que se preparaba para la repesca.
La clasificación de Timoner, al igual que Pello Ruiz Cabestany -quedó eliminado en persecución- y del resto de los españoles no era cuestión de suerte, era algo poco menos que imposible, casi un milagro y los milagros 11 sólo se dan en Lourdes", según el seleccionador nacional de pista, Juan Carlos Pérez.
La aventura del abuelo del ciclismo finalizó en la vuelta 50, cuando todavía no se había cubierto ni la mitad de la carrera. "Al ver que perdía tantas vueltas he pensado que lo mejor era retirarme".
Sudoroso, con el corazón latiéndole a más pulsaciones de lo normal por el esfuerzo, TImoner pidió perdón a, "todos aquellos que han confiado en mí, aunque no me arrepiento de riada; mi cuerpo pedía bicicleta y se lo he dado". El seis veces campeón mundial afirmó después, más sereno y tranquilo que "no me ha fallado el corazón, sino las piernas".
Para algunos su presencia en este Mundial ha sido una "charlotada", para otros una forma de denuncia sobre el estado del ciclismo español en pista del que quizás se haga cargo a partir de la próxima temporada el mallorquín.
Nakano, sensacional
La diferencia entre la clase, fuerza y técnica del Japonés Koichi Nakano y el voluntarioso Antxon Lecuona era el fiel reflejo entre un ciclismo en constante evolución que dispone de medios y otro que parece estancado en la edad de piedra. Nakano, siete veces consecutivas campeón del mundo, maravilló a los espectadores y hasta asustó a su primer rival de ayer el australiano Toin Sawyer, en la serie de clasificación de velocidad, que se apartó de su lado y le dejó pasar.
La norteamericana Rebecca Twigg dio una nueva medalla de oro a su país, al vencer en la final de persecución a la francesa Jeannie Longo, medalla de plata. La Twigg, que el miércoles batió el récord del mundo sobre la distancia de tres kilómetros, no tuvo problemas para vencer en una de las semifinales de persecución a Rossela Galbiati, que, curiosamente, corrió con una bicicleta sin ruedas lenticulares carenadas. En la final, Rebecca, con un tiempo de 3.45.02, se adjudicó la medalla de oro. El bronce fue para la italiana Galbiati.
Para que la norteamericana no se sintiera extraña en Barcelona un aficionado le regaló una bandera de su país, que Rebecca paseó por el velódromo. La campeona acabó su apoteósis dando la espalda a las autoridades en la ceremonia de los himnos al darse cuenta que las banderas estaban detrás suyo. La última medalla de oro de la noche fue para el holandés De Nijs, que ganó en la prueba de medio fondo tras moto de aficionados. La plata se la llevó el italiano Dotti y el bronce, el alemán occidental, Stambula.
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