_
_
_
_
Campeonatos Mundiales de ciclismo

Timones, último en su serie clasificatoria tras moto, a 7 vueltas del triunfador

, Guillermo Timones, dentro de la triste primera jornada española en pista en los campeonatos mundiales de ciclismo, quedó ayer el último de su serie de tras moto profesional, pero el público, puesto en pie, le rindió una sonora ovación. Por otra parte, la URSS y EE UU protagonizaron la primera final polémica en la prueba de velocidad femenina. Erika Salumiare sorprendió a la norteamericana Connie Paraskevin, ganándole las dos mangas finales. Sin embargo, una protesta de los estadounidenses obligó a los jueces a repetir la segunda. Pareskevin venció entre los pitos del público. Y, cuando estaba a punto de disputarse el desempate, un nuevo aguacero cayó sobre el velódromo del Valle Hebrón, que vivió su primer lleno.

Guillermo Timones, el abuelo del ciclismo mundial, acabó su aventura clasificándose el último en su serie de tras moto profesional, a siete vueltas y 215 metros del vencedor, el holandés Venix. El público, sin embargo, premió a Timones con una gran ovación y le despidió de la pista puesto en pie. "Ahora hay que esperar a la repesca, en la que confío en conseguir la clasificación", comentó Timones al abandonar la pista. "He intentado ganar y no ha podido ser. Hay que aguardarlo todo y, desde luego, estaba preparado para lo que ha ocurrido. Tampoco es la primera vez que me pegan una paliza. La mía ha sido la serie que se ha corrido más rápida y yo he puesto el corazón hasta el final". Timones, ante los aplausos, comentó que "es bonito ver cómo el aficionado corresponde de esta manera. Esto hace que siga en la brecha y que salga dispuesto a vencer en la repesca".En definitiva, se cumplió la profecía del seleccionador nacional de pista, Juan Carlos Pérez: "A algunos de los nuestros se les amontonarán las vueltas". Los profesionales de medio fondo tras moto, Eugenio Herranz, Adolfo Marín y Timones tendrán, en fin, una nueva oportunidad en la repesca de hoy.

Decepción tras decepción

Después de los últimos lugares en sus series respectivas de Alexandre Pascual y Andrés Martínes, en tras moto aficionados, la llamada gran esperanza, Jaime Pon, puso al público en vilo durante las primeras vueltas de su serie de clasificación. Pon marchó en cabeza hasta la vuelta número 70, seguido atentamente por las miradas del seleccionados nacional Juan Carlos Pérez, que incluso le hizo fotografiar, y del presidente de la Unión Ciclista internacional, Luis Puig. Pero el holandés Jan de Nijs -fue multado por los comisarios- le cerró el paso. El ciclista español bajó estrepitosamente su ritmo, fue superado por sus adversarios y finalizó en cuarta posición. En keirin, Antxón Lekuona también decepcionó, siendo último en su serie y en la repesca.

La norteamericana Connie Paraskevin, con una técnica muy depurada y una enorme punta de velocidad, tendrá hoy, otra ocasión para revalidar su título de campeona del mundo por tercera vez. Paraskevin superó con toda facilidad a sus rivales, excepto a la soviética Erika Salumiare, mucho menos espectacular, pero tremendamente efectiva. Salumiare, con un tiempo récord de 1.08 en los 1.000 metros, establecido el año pasado, sorprendió a la norteamericana en la final. Le ganó la primera manga corriendo a 59,210 kilómetros por hora y la segunda a 57,738.

Cuando ya los altavoces habían anunciado a Salumiare como medalla de oro, los norteamericanos consideraron que la soviética no había seguido la trayectoria adecuada y protestaron a los jueces. La polémica saltó, de esta forma, en la primera final que enfrentaba oficialmente a un representante soviético y a otro norteamericano. Los jueces decidieron deliberar

tranquilamente y continuar con el programa de pruebas. Al final, se repitió la segunda manga y, entre los pitos del público, la estadounidense igualó. Cuando se estaba a punto de correr la última y definitiva manga, sobre las 12 de la noche, un nuevo aguacero dejó para hoy, a las 16.00 horas, la decisión. Sólo la china Suyine Zhou tiene asegurada la medalla de bronce en esta prueba, primera que obtiene su país en la historia del ciclismo.

El único corredor que pudo subir ayer a lo más alto del podio fue el suizo Robert Dill-Bundi. En la final de keirin profesional, el máximo favorito, Urs Freuler, no pudo con su compatriota Dill-Bundi y por el italiano Octavio Dazzan, que consiguió la medalla de plata. Dill-Bundi atacó por fuera cuando quedaban 20 metros y ganó por media rueda a Freuler, que vio así truncadas sus aspiraciones de revalidar su título de Zurich.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_