Más difícil todavía: viajar en español
No existe producción propia de guías excepto casos muy aislados
Quizá la única intención sea añadir emoción al viaje. O convertir al viajero más convencional en un descubridor de lo evidente. El caso es que la tarea de buscar, y encontrar, guías en español de cualquier parte de¡ mundo es una tarea durísima, cuando no, lisa y llanamente, imposible. Las mejores y más clásicas colecciones de guías europeas (Guides Bleu, Nagel, Baedeker o Michelín) no han sido traducidas a nuestro idioma. No existe, por otro lado, apenas producción propia, salvo esforzados ejemplos, siempre aislados. La consecuencia es que lo poco publicado, ni es lo mejor ni cubre, con mucho, ese inmenso destino viajero que es el mundo. Tan sólo en los últimos años han ido apareciendo en nuestro mercado algunas colecciones -desiguales en orientación y resultados-, centradas fundamental y casi exclusivamente en Europa, a las que conviene dar un rápido repaso para aviso de viajeros.Guías American Express I Folio. Son traducción de las americanas y, en mi opinión, las más completas entre las publicadas en nuestra lengua, cosa, por otro lado, nada difícil. Cuentan con una primera parte introductoria, dedicada a aspectos culturales (historia, arte, etcétera), y otras de tipo práctico (visitas a monumentos, hoteles, restaurantes, etcétera), ordenadas alfabéticamente. Tanto su estructura como el formato las hace útiles. Lástima que sean aún escasas: tan sólo las de algunas capitales europeas (Londres, Roma, París,), algún país suelto (Grecia) y zonas concretas de Estados Unidos (California y Nueva York).
Guías Naranja. Organizadas, siguiendo la pauta marcada por las célebres Michelín Verdes, en dos apartados claramente diferenciados: uno, dedicado a cuestiones generales, tanto culturales como de información práctica, y otro, en el que aparecen por orden alfabético todas las poblaciones de interés del país en cuestión. Son desiguales (mejor la de Portugal que la de Grecia, por poner sólo un ejemplo) y muy escasas, cubriendo tan sólo los países más típicamente turísticos de Europa, y Nueva York.
Guías secretas I Al-Borak. Englobadas en una amplia colección dedicada a provincias y ciudades españolas, estas guías surgieron en aquellos años de cier a euforia vital en que el pasaporte era la puerta que abría el mítico extranjero. Llenas, en muchos casos, de tics más o menos progres y de guiños al lector, intentan dar cuenta de ese mundo paralelo y marginal que en todas las ciudades existe y dejan de lado los aspectos más claramente culturales. Es ya clásica la de Londres, de Vicente Molina Foix. Por su mismo carácter coyuntural, se han quedado, en general, viejas antes de tiempo.
Guías del Trotamundos. Recién salidas al mercado viajero, están inequívocamente dirigidas a un público joven y con pocos recursos económicos. Aportan multitud de datos e informaciones prácticas para viajar por cuenta propia de forma barata, desde horarios de autobuses de línea hasta listas de albergues y pensiones. Traducciones de las muy conocidas Guides du Routard, francesas, tienen el i nconveniente de no haber sido suficientemente adaptadas para el viajero de nuestro país. Así, por ejemplo, en muchos casossigue apareciendo París como el punto de partida para cualquier recorrido, con las consiguientes lagunas en la información. Cubren prácticamente todos los países del mundo, a través de 12 volúmenes dedicados a las distintas áreas del planeta. Sin embargo, su práctic amente nula atención a cualquier aspecto cultural exige q'ue el viajero cuente, además, con otra guía más amplia.
Guías SalimoslPlaneta. Son traducciones de la colección americana dé Arthur Frommer. De forma sucinta tratan los temas culturales y se centran más en los aspectos prácticos -bares, restaprantes, compras, etcétera-. Tan sólo cubren algunos países y ciudades europeos (Holanda, Roma, París, Atenas, Irlanda ... ).
Guías en Tejanos. Traducción de las francesas Guides en Jeans, están, como las del Trotamundos, pero con un nivel indudablerriente más bajo, dirigidas a los viajeros jóvenes y con pocos recursos. Con un lenguaje pretendidarnente informal, dan cuenta de la forma de viajar con pocas pesetas y tiempo por delante. La información no siempre está actualizada. Sólo cubren algunas diudades y países de Europa.
Las Guías Plaza & Janés -traducciones de las alemanas Polyglott- y las Berlitz -traducción también de la colección suiza del mismo nombre- resumidísimas, son tan elementales como insuficientes para moverse por cualquier país.
Hasta aquí, las colecciones, si es que algunas, con tan sólo cuatro o cinco títulos, merecen ese nombre. A partir de aquí, la nada. Fuera de Europa, o mejor dicho, de Londres, Roma, París, Grecia y poco más, el mundo se hace desconocido en nuestra lengua. Lo demás son esfuerzos de francotirador o aprendizaje acelerado de idiomas. Algunas librerías especializadas han emprendido también una tímida tarea editorial. Es el caso de Altaïr, con sus guías de India y México (mucho mejor la primera que la segunda), y el de Tierra del Fuego con la de Perú, centrada en Macchu Picchu y el Camino del Inca. Es el caso también de las guías que publica mensualmente la revista Viajar acompañando a los reportajes sobre cualquier país del mundo. El viaje tiene una difícil pronunciación en español.
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