El golf en España, un deporte abandonado
El triunfo de Severiano Ballesteros en el Open Británico de golf por segunda vez en la historia vuelve a colocar a España en lo más alto de la cúspide deportiva, al mismo tiempo que propicia la aparición de los defectos que tiene el golf español. Ballesteros es el primero en recordar que el alcalde de Santander le prometió hace algún tiempo la construcción de un campo público y, decepcionado de tantas promesas no cumplidas, acaba por decir que "en España no va a cambiar nada; el golf seguirá siendo un deporte minoritario y nadie se preocupará de construir campos, aunque yo gane los torneos más importantes del mundo".
Los británicos y norteamericanos se sorprenden la nula estructura de este deporte en España cuando, según ellos, este país goza de las condiciones ideales para tener más Ballesteros en los circuitos europeos y estadounidenses. Y los suecos, que empiezan a potenciar este deporte, se permiten el lujo de decir que "en España no salen nuevas figuras; siempre acaban bien colocados en un torneo los mismos de siempre: Ballesteros, Cañizares, Piñero, Calero"."Si en España no se ha aprovechado durante todos estos años la presencia de Ballesteros, el número uno del mundo; si no se construyen campos; si no se aprovecha el excelente clima que tiene, es que el golf no interesa". Reflexiones como éstas son repetidas por periodistas británicos y norteamericanos que siguen a Severiano Ballesteros en los torneos más importantes, como si de un compatriota suyo se tratara. Ballesteros dice sentir vergüenza cuando en Estados Unidos o en distintos sitios de Europa se le pregunta por el número de campos o por las licencias que tiene España. Manuel Piñero casi acaba peleándose con la federación española por pedir una mayor subvención económica para los jugadores profesionales con condiciones para prosperar en el circuito europeo.
Tras estas discusiones, la federación optó por subvencionar a una serie de jugadores para que pudieran disputar cuatro o cinco torneos del circuito. Uno de esos jugadores, Pepín Rivero, ganó la semana anterior al Open Británico su primer torneo profesional, el Lawrence Batley. Rivero, 29 años, no ha salido antes a disputar torneos por Europa por carecer de los medios económicos necesarios. Igual situación han pasado jugadores como Manuel García, José Avelino Cabo, José Dávila, Miguel Martín -los otros subvencionados- que se han dejado los ahorros de sus familias y suyos en su afán de jugar un torneo. La subvención económica es una especie de préstamo que los jugadores están obligados a devolver en el supuesto caso de que obtuvieran buenas resultados. Rivero ha sido tino de esos afortunados. Fue sexto en Madrid, quinto en Italia, tercero en Leeds, segundo en Francia y pudo devolver el dinero y continuar jugando.
"Es cuestión de dinero", dice Piñero. "Los jugadores jóvenes, los que empiezan, necesitan dinero para jugar el tour. No todo el mundo tiene 100.000 pesetas cada semana para ir viajando por el mundo del golf, pagándote avión, hotel, caddie y comida. Y eso la federación no lo quería ver. Se potencia más a algunos jugadores amateurs que dentro de dos o tres años abandonan el golf porque no les interesa, porque ellos están más por hobby que por otra cosa". Juan Anglada, que esta temporada no está en su mejor forma, opina que cada vez es más difícil salir a jugar un torneo porque el nivel de competición que hay es muy alto y porque todo está más caro cada día y nadie se atreve a arriesgar 400.000 pesetas en cuatro torneos en los que a lo mejor no pasas las fases previas".
Los que ganan poco
Excepto los grandes, los consagrados como Ballesteros, que pertenece a otra galaxia, o Cañizares, Piñero, Garrido, Manolo Ballesteros, que son de un segundo grupo, no tienen necesidad de pasar las fases previas de los torneos en los que habitualmente se están presentando entre 200 y 250 jugadores para unas contadas plazas, que les permite jugar el torneo. Después deben jugar muy bien para pasar el corte eliminatorio que se hace en la segunda jornada y llegar al final del torneo para ganar cierto dinero. Es la otra cara del golf. Un deporte que parece estar lleno de millonarios pero que como en casi todos los deportes cuenta con más pobres.A Piñero, como a Ballesteros, le sobran argumentos para demostrar que las cosas en España se hacen mal porque se quiere. En Francia estarían contentos con tener un Rivero, Montes o un Miguel Martín, que de vez en cuando se han colocado en los primeros puestos de algunos torneos. Los franceses, como los italianos y los suecos, están potenciando el golf. Tienen escuelas de caddies, están abriendo clubes y campos y subvencionan por toda la temporada a tres o cuatro jugadores. Y ellos se extrañan que en España salga un Seve o que los Piñero, Cañizares, Calero, Garrido, Anglada estén entre los primeros de la Orden del Mérito Europeo. Claro dentro de dos o tres años con la planificación que están desarrollando estos países nos darán paliza".
Ballesteros cree que España debería recuperar la gira del norte, que permitía a los jugadores españoles jugar una serie de torneos en la que adquirían experiencia y ganaban dinero para jugar en Europa. "No cuesta nada organizar la gira del norte. Una empresa de esas grandes pone 10 millones de pesetas y la organiza ganando ella más publicidad y otras entradas que a lo mejor llegan de la televisión. Antes nadie sabía quién era Zor y desde que patrocina un equipo de ciclismo todo el mundo sabe que es un encendedor. El baloncesto ha lurgido también así. No hace falta un montante impresionante. Se monta una gira completa que incluya gastos de hotel, un autocar para todos los jugadores".
Esos otros viven peleando con los golpes. Aunque durante alguna temporada hayan sacado buenos resultados el golf les exige cada día más. Manuel Montes es víctima de eso. "Quiero jugar el mayor número de torneos posibles, pero jugaré cinco seguidos y si sale uno bueno seguiré al siguiente. Si me va mal y no gano dinero tendré que pensar en otra cosa porque tengo una familia que mantener". Emilio Rodríguez, en cambio, no está subvencionado por la federación y tiene que pagarse todos los gastos.
Disputados 12 torneos del circuito europeo, sin contar el Open Británico, el mejor español en la clasificación de ganancias es José Rivero, cuarto (10 millones de pesetas). Cañizares, segundo (7,5 millones); Manuel Calero, 24 (2,6 millones); Manuel Piñero, 25 (2,5); Antonio Garrido, 26 (2,4); Manuel Montes, 41 (1,4); Manuel Ballesteros, 68 (980.000); Miguel Martín (871.000); Emilio Rodríguez, 89 (704.000); José Dávila, 110 (441.500); Juan Anglada (394.000); José Avelino Cabo, 122 (356.136); Jesús López, 137 (209.500); Germán Garrido, 161 (107.565), Mariano Aparicio, 164 (89.672) y Manuel García, 174 (46.647).
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