La música en 'La tarde', una sorpresa agradable
En un panorama musical, el de Televisión Española, que nunca ha sido demasiado esperanzador -en el que los programas dedicados a la música popular parecían únicamente preocupados por encontrar el lado de evidente divertimiento que esta música tiene, olvidándose de que hay algo más que cantantes comerciales, grupitos que aparecen más por su condición de exóticos que por otras razones, y extranjeros contratados en función de giras promocionales o a través de video-clips, excelentes en muchos casos, pero insuficientes para dar una idea de lo que sucede realmente-, resulta gratificador comprobar que un programa de sobremesa como La tarde, dedicado teóricamente a un público heterogéneo, que toma el café plácidamente aromatizando el sopor de la comida, se salga de la tónica general para ofrecer una programación con buenas dosis de calidad.Y no esque la música en La tarde sea una cosa del otro mundo. Pero el que, frente a programas como ese Tocata, que parece en el mejor de los casos una antología de actuaciones enlatadas con algunas gotas de la actualidad más frívola, o esa especie de antigua Noches del martes en que se convirtió nada más nacer el programa Superstar, se nos ofrezcan actuaciones en directo de cantantes de reconocida valía, sin reparar en géneros, desde Cadillac o Joaquín Sabina hasta La bordeta, Carlos Cano, Julia León o Luis Pastor, sin tener exclusivamente en cuenta la actualidad discográfica ni las campañas promocionales, es por lo menos, de acuse de recibo.
Uno de los mayores problemas que siguen teniendo las actuaciones musicales en televisión es el de la actuación en directo. A pesar del rechazo justificado que público y músicos hacen de la utilización del playback, se sigue utilizando, convirtiéndose en una buena excusa para que muevan la boca cantantes que no se atreven a interpretar en directo.
Los músicos pierden oportunidades de trabajo, el público se ve obligado a contemplar actuaciones falsificadas en los estudios de grabación, y los cantantes que no tienen discos recién salidos al mercado -se ven olvidados porque, claro, los playback son siempre los mismos y no se pueden repetir insistentemente, aunque a -veces se haga.
La tarde y algún que otro programa, como Buenas noches, de Mercedes Milá, o La buena música, han roto con ello, y les felicitamos. Si a ello se añade una cierta coherencia en la programación, un criterio que excluye la novedad o la promoción como elementos básicos, y un gusto a la hora de elegir que permite encontrar dosis apre.ciables de calidad, aunque sea junto a ¡regularidades notorias, parece que marcan un posible camino a seguir.
Lo que todavía no se ha solucionado, y ya es hora de que se empiece a dar pasos en ese sentido, es el programa de músicaespectáculo que Televisión necesita. Que incluya buena música en directo, nombres atractivos y con gancho, nacionales y extranjeros, y sepa dar, de verdad, diversión al espectador, en lugar de abrumarle con castigos llegados del pasado.
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