_
_
_
_

'Sito' Pons

El vencedor del Gran Premio de España de motociclismo de 250cc empezó a correr por sugerencia de un vecino

La culpa de todo lo que le ha pasado a Sito Pons, vencedor de la carrera de 250 cc. del Gran Premio de España de motociclismo, la tiene el vecino. Sito vive en el número 40 de la calle Bellesguard, en la parte alta de Barcelona. Allí, junto a su casa, vive también Juan Carlos Vela, que así se llama el vecino, que corría la Copa Ossa con una moto de su propiedad. Cada día le narraba a Sito las particularidades de su agresivo estilo. Fue aquel vecino el que le sugirió que fuera, a la selección que Taulé -un conocido taller de Barcelona- hacía en Calafat. Sito fue y ganó. Allí empezó todo.

Acaba de cumplir los 23 y hace 10 años que va en moto. "A los 13 años, después de aprobar un curso de bachillerato", comenta Sito, 11 mi padre me regaló una MacAndrew. Era una moto bajita y me podía subir bien. El problema era apretar el embrague, porque iba durísimo. Así que cada vez que tenía que cambiar de marcha, debía coger la maneta. con toda la mano y tirar hacia mí. Todo un número", Y así iba Sito por los montes que rodean Llavaneras. Poco después empezó a participar en triales piratas, sin licencia. Y antes de pasarse a la velocidad, probó el todoterreno y el motocróss.Sólo quería divertirse

A los 16 años, se compró una Bultaco Júnior. "Era un trueno. Se la compré trucada a un tió muy quemado". Él sólo quería divertirse y, de vez en cuando, se apulitaba a alguna concentración, tipo Andorra. Pero el vecino insistía. "Aquel tío me contaba cosas fantásticas de las carreras y yo acabé envidiándole, ansiaba ser como él". A los 18 años se apuntó -no se si se apuntó él o lo apuntó el vecino- al Criterium Sólo Moto para probar" y allí se fue con una Pursang. No le fue mal. Llegó incluso a ir primero, pera se rompió la moto. Al año siguiente, Taulé hizo una selección en el circuito de Calafat para escoger su piloto para la Copa Streaker, una competición de promoción. El vecino llamó a la puerta de Sito y le dije: "Sito, Taulé busca el mejor júnior para correr en la Streaker. Tienes que ir a correr". Sito, que jamás le decía que no al vecino, fue y ganó. "Y ya no pude salirme. Ya no quise salirme.

Pocos meses después ganaba la Copa Streaker para Taulé. A partir de aquel momento empezaría su peregrinaje. Quería pasar de júnior a super directamente. Estaba impaciente por triunfar. Así que cogió su título y empezó a llamar a todas las puertas. "Mire, soy Sito Pons y acabo de ganar la Copa Streaker, no tendría...". No. Y así una y -mil veces, hasta que se acercó a Siroko a buscar un chasis. Allí estaba Manolo Burillo, el primero que le tendió la mano y del que se hizo gran amigo. Y Burillo le montó un equipo. Habló con Antonio Kobas para que diseñara un chasis capaz de ganar y con Eduardo Giró, para que hiciera un motor capaz de hacer volar al chasis de Kobas. Precisamente, Giró fue el responsable de la Ossa, con a que el llorado Santiago Herrero estuvo a punto de conquistar el mundial en 1970. Para mimar esa máquina se contrató a Santiago Mulero.

Y empezó a corre en serio. De pronto se vio rodeado de Nieto y compañía en el campeonato de España y pensó que aquello era el fin del mundo. Pero no, el fin del mundo estaba en aquellos circuitos en los que tenían que correr, señalados con faroles, esquinas, adoquines, papeleras. "Salí dos veces fuera y entonces me di cuenta de que estabamos totalmente locos, porque corríamos en unos circuitos sin condiciones, convirtiéndonos en suicidas". Un día llamó a la puerta de, Burillo y le dijo que él quería correr en Europa. Corrió en Muguello (Italia), y, pese a que tuvo que abandonar fue delante durante muchas vueltas. Volvió al despacho de su amigo y le dijo "Mira, Manolo, yo quiero lo mejor. Esto del Europeo es muy fácil. Conseguir ese título no es difícil. No hay nivel. Quiero un campeonato donde me cueste ganar".

La ocasión de Monza

Pons empezó a asustar a los dioses de 250 cc. en el Gran Premio de Francia del pasado año. Estuvo cuatro vueltas primero, pero se pasé de frenada. Luego vino Monza, donde Sito e Ivan Palazzese le demostraron al venezolano Carlos Lavado, actual campeón, que su fin está cercano. Aquel gran premio le ha enseñado mucho a Sito. Él e Ivan estaban cómodamente en cabeza, pero ninguno de los dos se conformaba con el segundo puesto. Fueron a por el primero. Y ambos se cayeron. Lavado pasó tan tranquilo y ganó. Ahora Sito ya no corre para ganar la carrera. Corre para llevarse el Mundial y de ahí que el tercer puesto de Suráfrica fuera considerado extraordinario. Porque lo era. Ahora es líder y habrá que ir con cuidado. Todos los puntos serán buenos. Y mientras, Burillo teme el día en que Sito entre en su despacho con la copa de campeón del mundo y le diga "Manolo, esto de correr en 250 cc. es muy aburrido, sólo puedo ir a 200 kms / h ¿por qué no nos metemos en el Mundial de 500?" Y Burillo lo meterá en la cilindrada reina. Seguro.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_